Pantín, en el epicentro del mundo

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

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El campeonato de surf que hoy comienza transforma por unos días a esta playa gallega en lugar de culto para competidores y aficionados de todo el planeta

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ben Wei nació en California y ahora vive en Japón. Su historia no es una excepción en el mundo del surf, donde descubrir nuevos horizontes se vuelve una constante. Fruto de esta permanente búsqueda de experiencias aterrizó un día en Pantín, en el ya legendario arenal del Concello de Valdoviño. «Marcos [Rodríguez, uno de los responsables de la organización del evento] me trajo por la pequeña carretera que recorre la costa desde A Frouxeira hasta Pantín», relata Wei. «Veníamos haciendo quiebros al borde del mar, hasta que, de pronto, llegamos al alto desde el que ya se distingue toda la playa y... ¡uauu! ... fue impresionante. Vi el color del agua y lo bonito que es el lugar y ahora me paso todo el año esperando a que lleguen estas fechas para volver aquí», comenta. Ben forma parte de toda la estructura que engloba el Pantín Classic -se encarga de la retransmisión por Internet y, además, hará de pinchadiscos en alguna sesión después de que los surfistas hayan terminado su jornada-. La prueba del calendario mundial de surf va por su vigesimonovena edición consecutiva -ya es la más longeva de Europa- y congrega cada año a competidores y aficionados al deporte de las olas llegados desde todos los rincones del planeta. Por unos días, aquel paraje reservado, casi ajeno a la siempre alargada mano del hombre, se convierte en el epicentro del surf mundial.

Sobre la loma que protege la playa del nordeste, el viento que predomina durante el verano, se sienta el brasileño Alejo Muniz. Es uno de los grandes favoritos para el campeonato que comienza hoy y que hasta el domingo -si consigue avanzar a las últimas rondas- lo tendrá ocupado deslizándose por el océano Atlántico. «Es la segunda vez que vengo. La primera no me fue demasiado bien, pero el sitio es relindo -dice con un marcado acento argentino que delata los orígenes de su familia-. Y mi hermano Santiago -que está cerca de él y también participará en esta edición- ya llegó hasta la final aquí. Me acuerdo de verlo competir desde mi ordenador y de que había olas bastante grandes. Definitivamente es una prueba de primer nivel». El piropo no viene de un deportista cualquiera. Él es uno de los 35 mejores surfistas del mundo.

Pese a que ayer permanecía en calma, el parte meteorológico es halagüeño y Pantín recuperará su esencia, que, en cierto modo, es la de Galicia: la de un mar intenso, difícil de manejar, pero de una belleza sobrecogedora. «Este año todo son buenas noticias, no solo porque tendremos muy buenas olas, sino porque hemos podido incrementar el nivel de la prueba, tanto en el cuadro masculino como en el femenino -ahora es de 6.000 puntos en ambos, el tercer peldaño en la clasificación de la World Surf League, el organismo internacional que se dedica a organizar cada temporada el Campeonato del Mundo-», apunta Marcos Rodríguez, quien destaca: «Estoy convencido de que no puede haber mejor forma de estrenar la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Galicia».

Porque el Pantín no solo es surf, es algo más. «El ambiente que hay no lo comparo con el de otro campeonato y menos a los de Japón, donde apenas sucede nada que no sea competición. Pero aquí ves a todo el mundo relajado, conviviendo como si casi estuviesen de vacaciones», subraya Ben Wei. Para este trotamundos, la amabilidad de la gente, la tranquilidad y la excelente comida catalizan ese ambiente especial que se está apoderando de la playa cuando agosto está a punto de echar el cierre.

«Es el US Open de Europa. Tiene un montaje ejemplar», indica Vicente Romero, el actual campeón de España y que el año pasado alcanzó los cuartos de final a un paso de la que desde hace tres años es su casa: Ferrol. A su lado asiente Matheus Navarro, de Brasil. Los dos entrarán en primera ronda. Como el gallego Gony Zubizarreta, porque también hay gallegos en este crisol de culturas que hoy es Pantín.