La deportista del club vigués Famu de Frutos y subcampeona mundial ya apunta a lo máximo en Tokio
24 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Derribó en el 2015 las puertas del éxito deportivo proclamándose subcampeona del Mundial de yudo de Kazajistán. Un año más tarde, rozó la gloria de las preseas olímpicas y consiguió la quinta plaza en Río. Plenamente asentada en la élite, María Bernabéu (Salamanca, 1988), recibirá hoy en el colegio coruñés Liceo La Paz a partir de las 13.30 horas un cariñoso homenaje por parte de la Federación Gallega de Yudo por sus logros deportivos y su vínculo con Galicia.
-¿Por qué se decidió por el yudo?
-Yo me quería dedicar al patinaje artístico porque me encantaba y mi madre me apuntó. Sin embargo, no avanzaba porque yo era bastante grande y me cambiaron al yudo para que estuviera más cómoda. Al principio decía: «No quiero ir, es un deporte de chicos» [ríe], pero desde que empecé a competir de verdad, me di cuenta de que era lo mío.
-¿Qué significó para usted la plata en el Mundial del 2015?
-Es el fruto de muchos años de sacrificio y de entrega. No existe una satisfacción mayor que saber que estás entre las mejores del mundo en tu deporte.
-La derrota en la final fue rápida, apenas duró unos segundos ¿Siente que no salió al combate con la suficiente concentración?
-No creo que fuera una cuestión de concentración o de que no estuviera preparada, sino de un acierto de mi rival. No tuve tiempo a vaciarme. Ella simplemente me enganchó y es una gran especialista en la técnica que hizo en ese momento. Cuando me di cuenta, ya estaba en el suelo.
-Un año después, se clasifica para participar en los Juegos y termina quinta, ¿Qué valoración hace de esta actuación?
-Mi lema desde que me puse como meta los Juegos Olímpicos fue: «No quiero solo clasificarme, sino ir a por una medalla». Sin embargo, la experiencia que he vivido es lo máximo. He cumplido el sueño personal de pelear hasta el final, darlo todo en cada segundo y ser yo misma en el tatami. Mis rivales fueron mejores que yo y por eso perdí, pero deportivamente me voy satisfecha.
-¿Se podría calificar de decepción no haber obtenido una medalla?
-Para mí no lo es. Yo di todo lo que pude, a pesar de no obtener el metal y me quedo con eso.
-¿Cambiaría, si pudiera, su medalla en el Mundial por una en los Juegos?
-[Duda] Creo que no lo haría. Esa plata me hizo afrontar los Juegos con una confianza en mí misma sin la que no podría haber competido al máximo nivel.
-¿Qué momento recuerda con más cariño de los Juegos?
-Coincidir con todos los deportistas de élite que suelo ver por la televisión fue increíble. En una ocasión, bajaba en el ascensor y, de repente, se sube Rafa Nadal. Me saludó con mucha naturalidad y yo ni siquiera me podía creer que estuviera delante de él en persona. ¡Habló conmigo como si fuéramos vecinos de toda la vida!
-¿Cómo ha sido la vuelta a la rutina?
-Cuesta volver y adaptarse al ritmo normal. Allí durante la ceremonia inaugural todo son risas y buen ambiente, pero en cuanto termina se genera un clima de mucha tensión competitiva y nervios porque todo el mundo quiere ganar. En quince días vives muchos altibajos. Ahora solo toca asimilar lo logrado y descansar.
-Con estas perspectivas, ¿cuál se podría decir que es ahora su objetivo profesional?
-Cuando termine mis vacaciones quiero entrenar al máximo para conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de 2020. Sin duda, sería una experiencia increíble que quiero vivir.
«Me siento completamente gallega y estoy muy agradecida por cómo me han tratado aquí»
María Bernabéu es salmantina de nacimiento pero de sus palabras se desprende que tiene corazón gallego. Pasó los últimos cuatro años preparando la gran cita olímpica en Galicia, lugar del que se enamoró por la filosofía de trabajo de sus deportistas y preparadores y el cariño de su gente.
-Usted tiene ascendencia ecuatoguineana, nació en Salamanca y se decidió a entrenar en Galicia. ¿Por qué lo hizo?
-Aposté por entrenar aquí por la forma en la que hacen las cosas los profesionales del yudo en Galicia. Había venido aquí bastantes temporadas a disputar la Liga Gallega y me sorprendió el ambiente que se vive aquí. La forma de trabajar tanto en la Federación Gallega como en mi club, el Famu de Frutos de Vigo, es impecable. Todo está organizado por gente muy humilde, con pocos recursos económicos para trabajar, pero que se esfuerza muchísimo y lo da todo.
-Por su manera de hablar, se nota que está encantada de entrenar y pasar su tiempo en tierras gallegas.
-Así es. Aquí, estés donde estés te sientes en familia porque todo el mundo es muy cercano y eso es muy importante. Me siento completamente gallega y muy agradecida y orgullosa por como me ha tratado siempre todo el mundo aquí. ¡Además está el tema de la comida! Me encanta el marisco, en ningún sitio se come como en Galicia.
-¿Qué le podría decir a los aficionados al yudo sobre el futuro del deporte en la comunidad?
-Se pueden esperar cosas muy grandes. Los yudocas gallegos tienen muchísima proyección, sobre todo los que están saliendo ahora de categorías inferiores. La Federación Gallega es respetada en todas las comunidades por su calidad. Si tengo que definir el futuro de estos deportistas, diría que es muy esperanzador.