Cristian Toro: «El camino para llegar aquí no fue fácil, pero ya está recompensado»

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS RÍO DE JANEIRO | ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Paulo Alonso

El campeón olímpico de K-2 200 admite que muchas veces pensó en abandonar y sopesa palear en K-1 200 o K-4 500 en el futuro

20 ago 2016 . Actualizado a las 18:19 h.

En mayo todavía no tenía plaza para los Juegos. Pero el vivariense Cristian Toro (nacido en Isla Margarita, Venezuela, 1992) y Saúl Craviotto redondearon en Río seis meses impecables desde que se unieron en el K-2 200. Un período corto para acoplarse, pero ganaron todas las mangas de todas las pruebas que disputaron. Horas después de lograr el título, charla con La Voz. «Me va a llevar un tiempo creerme que soy campeón olímpico, que sí he ganado esa carrera, que todo ha salido como he soñado toda mi vida».

-Justo antes de los Juegos no querían hablar de puestos, pero sabían que venían muy bien.

-Sí, sí. Éramos conscientes de que podíamos alzarnos con el oro, eso está claro. Pero hasta que no se compite, no se gana, así que no queríamos colgarnos ninguna medalla porque sabíamos el nivel de nuestros rivales y que la gente aquí viene a hacer la mejor carrera. Queríamos asegurarnos de ganar la medalla antes de que nos la colgasen.

-Tuvieron que alcanzar tres picos de forma esta temporada. Su entrenador, Miguel García, confesó en La Voz que pasaron momentos muy duros cuando les abandonó ese estado tan bueno después de la clasificación para los Juegos en mayo.

-Sí, hubo momentos en que el cuerpo te pedía un descanso. Pero aquí no hay descanso que valga. Para preparar unos Juegos tienes que estar al 100%, y así fue.

-¿Pero llegaron a tener dudas por esa fatiga de junio?

-Bueno, dudas no. Porque el entrenador hace la planificación y confiamos muchísimo en él. Miguel siempre acierta. Las sensaciones eran acordes a lo que hacíamos. Había que aguantar más de cabeza que físicamente.

-Su madre recuerda lo duro que resultó que con 12 años se fue a una residencia a Lugo para entrenar en mejores condiciones que en Viveiro. Y como usted y ella lloraban casi todos los días.

-Sí, sí. Está claro que el camino para llegar aquí no fue fácil, pero para mí ya está todo recompensando, todo el sufrimiento, los malos momentos que he pasado. Pero por suerte eso se olvida y te quedas solo con lo bueno. Yo ahora soy muy feliz.

-Era muy pequeño cuando se fue de casa. Tenía solo 12 años.

-Sí, porque en el Club Piragüismo Viveiro no podía ir a regatas nacionales y tuve que dar el salto al Fluvial de Lugo, que es mi club actual, y ellos me apoyaron y me guiaron hasta donde estoy ahora.

-¿Y en esa etapa tan joven, o luego en Madrid, tuvo momentos en los que pensó en abandonar?

-Siempre, siempre te pasa por la cabeza abandonar en esos días malos que tienes, o rachas malas. Pero eso forma parte del carácter de un deportista, de vez en cuando sobreponerte a esa sensación de decir ‘no, es que esto no es para mí’ y finalmente decir ‘sí, esto es para mí y lo voy a conseguir’. Y ahora aquí estoy.

-Son un K-2 200 invencible. Han ganado todas las series de todas las competiciones en que han participado desde que se formó el barco a finales de enero. Ni un segundo puesto.

-No hemos perdido ninguna competición. Hemos ganado todas, eliminatorias, semifinales y finales. Hemos ganado todas.

-El K-2 200 desaparece ahora del programa olímpico. ¡Vaya faena!

-Sí, que cambien cada poco tiempo las pruebas, al deportista lo rompe un poco, la verdad, pero toca centrarse en lo siguiente.

-¿Cuál puede ser su siguiente prueba?

-No lo sé. Está el K-1 200, el K-4 500, cualquiera de esas pruebas es compatible conmigo y tocará preparar alguna de ellas.

-Una prueba corta con el riesgo de medirse a los mejores con la mayor exigencia u otro barco de equipo.

-Sí. Una prueba corta y explosiva. Pero la exigencia es igual porque en los barcos de equipo, si quieres ganar, al final tienes que estar al buen nivel que exige el K-1. El K-4 requiere a cuatro personas muy implicadas. No lo sé. A ver qué proyecto hay por parte de la federación. Ya veremos.

«Pese a ir segundos, sabíamos que pasaríamos al resto»

Toro y Craviotto ganaron el oro con otra remontada como en su eliminatoria. «Sí, nosotros contamos con que hay barcos que al principio son un poco más rápidos. Con que no se nos vayan mucho, nosotros estamos conformes porque sabemos que en la segunda parte somos el barco más rápido. Jugamos con esa baza. Salimos, en carrera íbamos segundos y, cuando llegó nuestro momento, nos fuimos ya».

-Entonces la final estuvo controlada en todo momento.

-Sí, en todo momento tuvimos el control de la carrera. Aunque desde fuera parezca otra cosa, nosotros notamos que habíamos salido bien. Pese a ir segundos, sabíamos que ya íbamos a pasar al resto.

-¿Qué fue lo primero que se dijeron al cruzar la meta?

-«¡Lo hicimos, lo hicimos!» y «somos campeones».

-Habrá tenido mil felicitaciones. ¿Alguna de ellas especial?

-De deportistas muy grandes como Rafa Nadal, Pau Gasol y Raúl. O artistas como Alejandro Sanz. Es una ilusión que se acuerden de deportes más minoritarios como los nuestros y demuestren la grandeza de nuestro país. Todos formamos parte de un gran equipo, ya seas atleta, piragüista, jugador de baloncesto, tenista... Todo somos un equipo.

-Y en Galicia se siguió la final con pasión, como en Lugo.

-Sí, pero es que no me ha dado tiempo a ver más. Casi no he visto el móvil ni he podido enviarle mensajes a mis amigos y mi familia. Aquí estoy sin parar.

-Porque la medalla, en cierto modo, va también para todas las personas que le apoyaron en Galicia, el Viveiro, el Fluvial...

-Sí, está claro. Mi club, el Fluvial, me ha apoyado muchísimo y por supuesto esta medalla es también de ellos y de toda la gente que me ha ayudado.