Isinbayeva tira la toalla y se despide de los Juegos de Río

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YURY KOCHETKOV | Efe

La pertiguista rusa será una de las grandes ausentes: «El milagro no ocurrió, no es mi destino competir en Río»

29 jul 2016 . Actualizado a las 19:01 h.

La zarina de la pértiga Yelena Isinbáyeva ha decidido tirar la toalla después de que la IAAF frustrara sus últimas esperanzas de competir en los Juegos de Río e intentar colgarse un tercer oro. «Hace 20 minutos recibí la respuesta negativa de la IAAF. Lamentablemente, no han hecho una excepción conmigo. No me han permitido competir en los Juegos. El milagro no ocurrió. No es mi destino competir en Río», escribió Isinbáyeva en su cuenta de Instagram.

Isinbáyeva reconoció que sus posibilidades de saltar en Río después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) diera la razón a la IAAF eran «míseras», pero decidió intentarlo animada por los dirigentes deportivos y los aficionados. El Consejo de Dopaje de la IAAF «estudió detenidamente» la petición de la doble campeona olímpica y dictaminó que «no hay motivos para reconsiderar la decisión» de vetar al atletismo ruso debido a la connivencia de la federación rusa con el dopaje.

Otra posibilidad era entrar a formar parte de la comisión de atletas del Comité Olímpico Internacional (COI), pero este explicó hoy que esto únicamente le da derecho a asistir a los Juegos, pero no a competir. «Después del nacimiento de mi hijo los Juegos de Río aún tenían sentido. He sacrificado un tiempo que podía haber estado con mi hijo. Y ahora este sueño me lo han arrebatado», dijo.

En lo que no se rinde Isinbáyeva es en defender individualmente, aunque de manera retroactiva, su derecho a participar en los Juegos Olímpicos, ya que acudirá al TAS y, en caso de necesidad, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La pertiguista, de 34 años, pidió desesperadamente el miércoles ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin, que tuvo que consolarle cuando rompió a llorar en la ceremonia de despedida del equipo olímpico ruso en el Kremlin.

En cuanto a su posible retirada, la atleta rusa admitió que esperar otros cuatro años es prácticamente imposible y que su única aliciente era acabar su carrera con sus quintas olimpiadas y su tercer oro, no en vano tenía la mejor marca de la temporada al aire libre (4,90). «Tengo ya 34 años y elijo a la familia», sentenció hace unos días la atleta que se alzó con el oro en Atenas 2004 y Pekín 2008, además del bronce en Londres 2012.

Al respecto, su técnico y descubridor, Yevgueni Trofímov, aseguró a Efe que después de la «humillación» a la que ha sido sometida su pupila «no merece la pena seguir entrenando». «¿Qué sentido tiene seguir si la tratan así? Es una decisión injusta e incomprensible. Lena ha dado mucho al deporte mundial. Ha ganado olimpiadas, mundiales y europeos. Estableció 28 plusmarcas mundiales. Es una auténtica pena. Soñábamos con el oro olímpico», dijo. Trofímov destacó los grandes esfuerzos que ha tenido que hacer Isinbáyeva, que ostenta el récord del mundo de salto con pértiga (5,06 metros), para volver a las pistas después de dar a luz.