Baltusrol, uno de los campos emblemáticos de EE.UU., recibe el PGA unos días después del British y poco antes de Río
28 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El verano del 2016 todavía puede convertirse en el verano del golf. Con mayúsculas. Por primera vez coinciden en menos de un mes el Open Británico -que ganó Henrik Stenson en un desenlace pleno de aciertos, rivalidad y emociones ante Phil Mickelson-, el Campeonato de la PGA que hoy comienza en Baltusrol, a 30 kilómetros de Nueva York (Canal + Golf, 19.00) y los Juegos Olímpicos, que arrancan el 11 de agosto en la Reserva de Marapendi.
Aprieta el calor en Springfield, en el estado de Nueva Jersey. En Baltusrol se juega el Campeonato de la PGA por segunda vez y se esperan temperaturas por encima de los treinta grados. El domingo de aquella última visita al campo, en el 2005, Phil Mickelson abandonó el club tras regalar uno de sus chips prodigiosos desde el rough para dejar su bola a 60 centímetros de bandera, para el birdie que le dio el segundo grande de su carrera, un golpe por delante de Steve Elkington y Thomas Bjørn. Una placa en la calle de ese mismo 18 de Baltusrol recuerda el hierro 1 que pegó Jack Nicklaus desde 216 metros para ganar el título del US Open de 1967 ante Arnold Palmer.
El interminable 17
Un campo corto que se defiende con estanques y ríos (y esta semana con greenes como piedras). Solo los dos últimos hoyos se juegan como pares 5. El 17, de 590 metros, estira una vez más las distancias, para convertirse en el hoyo más largo de la historia de los grand slams. Llegar con dos golpes a green representa una proeza para los libros, aunque ya no sea inédita.
El golf se pregunta si saludará a otro campeón que no haya ganado antes un grande. Este año, tras el sorprendente triunfo de Danny Willett en el Masters de Augusta, ajustaron cuentas con su pasado Dustin Johnson en el US Open de Oakmont y Henrik Stenson en el British de Royal Troon. ¿Será entonces la oportunidad de Sergio García? Hasta 22 veces terminó entre los diez primeros de un grande. «Mi objetivo es mantenerme en forma y darme todas las oportunidades posibles en las próximas temporadas», explicó a Efe el golfista, de 36 años.
El 2016, que se anunciaba como el año del duelo entre Jason Day, Jordan Spieth y Rory McIlroy, lo pueden despedir sin grandes si el domingo se marchan sin el Wanamaker Trophy entre los brazos.
Luego llegarán los Juegos, la traca final del verano, a los que renunciaron Day, Spieth y McIlroy. ¿Campo abierto para otro ganador nuevo en Río?