Al pueblo argentino le ha caído la ficha: necesita a Messi

Nicolás Montalá EL EXPERTO

DEPORTES

28 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Intuyo que la renuncia de Messi acabará teniendo marcha atrás. Que será posible convencerle de que reconsidere una decisión tomada en un momento de calentura, de gran dolor. El próximo Mundial está a la vuelta de la esquina, en solo un par de años, y el tiempo pasa muy rápido. Lo mínimo sería fijar la despedida tras esa cita tan importante. El propio Messi se merece seguir defendiendo a la selección Argentina como mínimo hasta entonces.

Se lo merece también el aficionado, que realmente lo apoya de forma masiva y que después de mucho tiempo se ha dado cuenta de que no se le puede exigir a Messi, ni a ningún otro jugador que sea capaz de sostener a su selección prácticamente en solitario. En la final de ayer volvió a ser el mejor jugador de la albiceleste con diferencia y ahí están las imágenes que demuestran que cada vez que tenía el balón sufría el marcaje de cuatro o cinco rivales. Que arrastraba esas marcas generando distracción, pero a cambio no había ningún compañero capaz de aprovechar esos espacios que aparecían como consecuencia.

A todo esto se le añade el error en el penalti que es sin duda consecuencia de la enorme carga emocional negativa que ha venido soportando Messi en los últimos años (y que no solo repercute en él, sino en todo el plantel). El peso ha resultado excesivo, un lastre en momentos tan importantes como el que se afrontaba en la suerte definitiva de la final. El mejor jugador del mundo, sin discusión posible, carga desde hace tiempo con un enorme elefante sobre su espalda.

Si hay que buscar un culpable habría que hacerlo entre sus compañeros, que no han logrado respaldar ese talento único, o quizá en Martino que ante Chile optó por la cautela y lo acabó pasando mal.

Al pueblo argentino le ha caído la ficha, se ha dado cuenta de que debe cuidar a Messi; lo ha asimilado ahora, tras verlo llorar. Una imagen que impactó muchísimo al país. La renuncia definitiva sería algo tristísimo, para la selección y el fútbol.