Transfusión de gasolina y salitre

Pablo Gómez Cundíns
PABLO GÓMEZ REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

El campeón de España de kartcrós compagina el volante con la recolección vegetal en el fondo marino para la empresa familiar

23 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El corazón de Antón Muíños (Carral, 1993) bombea, a partes iguales, gasolina y salitre. No hay otro modo de entender al actual campeón de España de autocrós y buceador profesional. El piloto del Ares Racing comparte además con los lectores de La Voz su pasión por su profesión: la recolección de algas para su proceso en la empresa familiar: Porto-Muíños.

«Fui probando todos los deportes, dos semanas en cada uno, hasta que llegué al karting. Mi padrino Jorge Mirás tiene un taller y siempre me regalaba algo con motor. Yo, con tres años, ya tenía la misma moto de 50 cc de Marc Márquez y con siete, coche a gasolina. La competición completó ese vicio que tuve desde pequeño. Lo que pasa es que con dos ruedas me caía mucho, porque lo que me gustaba era derrapar en la gravilla», recuerda.

Cuando nació Antón, sus padres Antonio y Rosa ya regentaban una empresa de cultivo de setas y champiñones, pero pronto comenzaron con la investigación de las algas para su comercialización. El pequeño les acompañaba a buscar zonas de recolección y muestras. «Era la actividad de los domingos. Comencé a estudiar una ingeniería mecánica, pero lo mío era el campo y la mar. Así que me fui a Mutriku (País Vasco) y estudié para buzo profesional, saqué el título de patrón local de pesca y me hice cargo del departamento de mar de Porto-Muíños. «En un aula o una oficina me siento atrapado. Necesito bucear, sentir la naturaleza, rascarme la rodilla y quemarme con el sol», concluye.

Muíños debutó en karting con 14 años en el 2007 y se proclamó campeón gallego júnior; en el 2008 subcampeón de X30 júnior y en 2009 absoluto; en 2010 debutó con un KZ y realizó tests en fórmulas. La carestía del deporte en circuitos le obligó a retirarse de la competición durante dos años. En el 2012 entraron en escena los hermanos Ares (Iván y Santi) y comenzó a colaborar con Semog, que vio tal potencial en Antón que le hizo debutar directamente en Campeonato de España (con una victoria remontando tras una doble repesca en la última carrera del 2013). Al año siguiente, montó un vehículo por evolucionar y no pudo optar al título de kartcrós que ganaría en el 2015 (Antón es el piloto más joven y que menos tiempo ha tardado en lograrlo en toda la historia). Ahora defiende título y corre el Gallego. Carballo será la próxima cita en apenas semana y media. Mientras los ralis asoman en su horizonte, aunque la financiación es un auténtico freno de mano.

«Porto-Muíños no pondrá dinero para el automovilismo. Sería capar la empresa», asume con realismo, mientras añade salitre a su relato vital: «Esta semana estuve más horas bajo el mar que en tierra».

En invierno, recoge producto fresco, para las cocinas, con una media de dos horas de inmersión en bajamar. En verano, con volúmenes mayores de algas para procesar, la media bajo el agua son cuatro horas. «Que los trajes son de 15 milímetros», argumenta contra el frío. «Muchos días sale el sol. Y cuando llueve, el agua está más calentita», matiza.

«El mayor aprendizaje que he obtenido de ambas actividades es valorar los riesgos, y tomar decisiones rápidas y coherentes. Al igual que en las carreras, en el mar me gusta además de la naturaleza, sentir el riesgo, pero si el mar está mal, no me meto. Y si el circuito está peligroso, espero que los comisarios tengan la sensatez de suspender la carrera», zanja Muíños, piloto y buceador.