La selección insiste en su fórmula ganadora

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

OLIVER WEIKEN | EFE

El equipo de Del Bosque basó su triunfo en las irrupciones constantes de los laterales, el buen entendimiento de la banda izquierda, la falta de miedo a chutar y la presión sobre el rival

18 jun 2016 . Actualizado a las 11:57 h.

Era de ley que la goleada de la Eurocopa llevase la firma del mejor equipo del torneo hasta la fecha. Ningún otro ha exhibido la superioridad de España, terca en su receta desde el once inicial. La fórmula de Del Bosque ha resultado ganadora. Nada que añadir.

Bandas rentables

Irrupciones constantes de los laterales. En el primer partido del grupo, Croacia dejó marcado el camino hacia la portería turca. Los de Terim desatienden con mucha facilidad la bandas, entre otras cosas porque sus interiores apenas acompañan las subidas de los laterales del adversario, que encuentran espacio para irrumpir y buscar el centro o pisar área. España exprimió esta opción, porque donde los croatas alistaron a Perisic y Brozovic (extremos que no le hacen ascos a la cal), Del Bosque empleó a Nolito y Silva, acostumbrados a arrimarse a la frontal. Las dos esquinas del tridente actuaron de señuelo para los carrileros turcos, flanqueando el paso a Juanfran y Alba, que se hartaron de correr hacia Babacan. Especialmente, el del Barça, dueño de un carril izquierdo por el que sucedió casi todo. 

Equipo de izquierdas

Productiva sociedad entre Alba - Iniesta y Nolito. Juanfran es un lateral notable en cuanto a empeño y rigor táctico, pero le falta soltura con la bola en los pies. España probó por su orilla un par de veces y en cuanto vio que de allí no sacaba fruto alguno, se cambió de acera. Iniesta, Alba y Nolito formaron un triángulo indescifrable para Turquía. Los muchachos de Terim quisieron encorsetar de inicio al de Fuentealbilla y este se dejó hacer a beneficio de sus compañeros. Con los rivales concentrados en el rodear al 6, se multiplicaron los metros de césped sin dueño. Nolito llegó muy suelto a la media luna y Alba a la esquina. Morata también se permitió caer de vez en cuando a la izquierda para participar en los rondos. Allí se generaron los tres goles con los que el conjunto de Del Bosque despachó la cita. 

Sin miedo a chutar

Disparos lejanos para atraer la atención. El estreno español en la Eurocopa se saldó con una victoria de última hora. El cabezazo de Piqué premiaba la indiscutible superioridad de una selección que se hizo de rogar, entre otras cosas, por su obstinación en el toque incluso en situaciones francas de disparo. Ayer, el discurso cambió desde el inicio. Los de Del Bosque tardaron algo más en hacerse con el mando del encuentro, pero dudaron menos a la hora de chutar. Antes del primer gol, Morata, Iniesta y Nolito probaron desde larga distancia, exhibiendo una versatilidad preocupante para los turcos, obligados a extremar precauciones. Los focos de atención aumentaron a la par de la efectividad, y España se encontró con que su puntería iba por fin acorde al talento. De los seis disparos entre los tres palos, tres acabaron en la red; principalmente, para gloria de Morata que encarará los próximos partidos aliviado de exigencias anotadoras. También Nolito, asistente y goleador. 

Presión innegociable

Recuperaciones en zona de peligro. En un clásico del combinado nacional, el despliegue ofensivo encontró continuidad en la labor de contención. Los turcos robaban y perdían de inmediato, atosigados por el frente de ataque español, que una vez más tapó todas las vías a ras de hierba, obligando al contrario a rifar balones. Turán, desganado frente a Croacia, intentó resarcirse ante varios de sus compañeros del Barça, pero fue la principal víctima del entramado defensivo: se quedó sin espacios y sin conexiones. Si Turquía superaba la primera línea de presión, se topaba con Busquets, espectacular en su lectura del juego. Entre el 5 y De Gea (ayer, un espectador más) todavía se alzó Piqué, empeñado en acallar cualquier silbido. Demasiados muros que salvar.