Payet atenúa las dudas

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CHARLES PLATIAU | REUTERS

El centrocampista del West Ham puso las gotas de talento entre los litros de sudor del equipo anfitrión

11 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni es el más alto, ni el que más corre, ni el que más arrastra. Pero Payet fue el que más brilló en una selección francesa que reúne mucho músculo, muchos kilos y mucha velocidad. Y decidió el partido con un gol extraordinario, propio de un delineante que recibió el balón al borde del área. Al tiempo que lo adelantó ya tenía en la cabeza el lanzamiento que dibujó hacia la escuadra. Inapelable.

El 2-1 atenúa las dudas que se ñe le fueron desprendiendo al fútbol del combinado francés. Porque una cosa es vencer y otra convencer. Y el combinado de Deschamps dejó sobre el césped de Saint Denis más incógnitas que las que despejó. 

Gran pasador

Payet ya se hizo notar en la primera parte, porque fue el mejor, con diferencia, a la hora de poner el esférico en el área rumana, ya fuese en acciones a balón parado ya en combinaciones o centros desde la banda. Además, es de los que se ofrece, de los que busca y no espera.

Fue el único que perfumó el esforzado fútbol de su selección. Porque Francia no terminó de cogerle la aguja de marear al partido ante una selección rumana bien plantada, que presionó con determinación y demostró un mejor uso colectivo del balón. Eso sí, sin demasiada pegada.

Sin Benzema, la responsabilidad de inventar, de hacer algo distinto, de romper la atonía, de interpretar los espacios, va a recaer, en gran medida, en Payet. Porque Francia tiene velocípedos y fondistas. Arriba opta por Giroud, que es más un tanque que un artista. Pero no esta sobrada de pensadores y tampoco parece que Deschamps esté muy preoucado al respecto. Ha configurado un equipo ordenado, fajador, probablemente letal si le dejan espacios. Y demostró su confianza en el talento de Payet porque lo aguantó sobre el césped hasta que decantó la contienda, para que recibiese la ovación de una grada que supo reconocerle los méritos en el expediente inaugural de la Eurocopa.

Del mismo modo que un grano no hace granero, un partido no es suficiente para sacar excesivas conclusiones. Sin embargo, todo apunta a que el centrocampista galo presentó ya su candidatura a ser uno de los nombres propios que escribirán la historia de este campeonato. Es de los jugadores que leen los partidos, tal y como evidenció ante Rumanía.

Francia salvó el siempre difícil escollo del debut, el choque que más atenaza. Lo saldó con un triunfo apurado que le permitirá afrontar con mucha tranquilidad las contiendas ante Suiza y Albania. Y, sin duda, Payet tuvo un alto porcentaje de culpa en que ese primer encuentro acabase cayendo del lado de los anfitriones.