¿Fin del «cholismo» en el Atlético?

Alberto Bravo DPA

DEPORTES

Ballesteros / EFE

La derrota más dura de los colchoneros lleva al técnico argentino a «pensar» sobre su futuro

29 may 2016 . Actualizado a las 23:21 h.

«Es momento para pensar», dijo Diego Simeone sin tiempo para digerir la derrota del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones de fútbol ante el Real Madrid, lo que añadió angustia al dolor con el que los hinchas rojiblancos abandonaron San Siro. ¿De verdad puede acabarse la era de «cholismo» en el Atlético? «Me estoy planteando pensar, nada más que eso. Contesto lo que me sale y lo que siento. Soy de guardarme pocas cosas y me viene esa sensación. Es lógico después de una derrota como la de hoy», añadió el técnico argentino para perplejidad de decenas de periodistas, que en la noche del sábado tuvieron que plantear tres veces la pregunta para entender las palabras tras caer ante el Real Madrid en una dramática tanda de penales.

Y más: «Para el Atlético es maravilloso jugar dos finales en tres años, pero yo no estoy contento». No pareció el mismo «Cholo» Simeone que hizo bandera de frases del estilo «el grupo trabaja para molestar». O también «la vida es levantarse, insistir y competir».

¿Se hartó Simeone de competir y no ganar una Liga de Campeones? ¿Ya no es suficiente haber devuelto al Atlético a un lugar entre los mejores? ¿Dónde quedó el «partido a partido»? Son muchas preguntas que sólo Simeone pordrá contestar. A corto plazo, lo interesante es saber si todo forma parte de una estrategia dialéctica más del argentino para provocar una reacción determinada de los suyos o si de verdad se está planteando marcharse de un club en el que lo es todo.

Porque Simeone no es sólo el entrenador del Atlético. Es también el líder de una masa social que lo sigue hasta el final sin hacerse preguntas. A ello lo legitima su espectacular trayectoria en el club rojiblanco, meritoria como pocas.

De su mano, el equipo no sólo ganó una Liga española, una Copa del Rey, una Liga Europa, una Supercopa de España y una Supercopa europea en menos de cinco años. Igual de importante fue la estabilidad y el cambio de mentalidad, a ganadora, que inculcó en el club, que de paso se saneó económicamente gracias a sus éxitos.

Con contrato hasta el 2020, la figura del argentino, que triunfó también como jugador en el Atlético, es clave en el plan a largo plazo del equipo de Chamartín, que pasa también por su asociación con el dinero chino del Grupo Wanda y su traslado al estadio de La Peineta. Con el técnico, el club espera que la mudanza, resistida por los hinchas fieles al estadio Vicente Calderón, sea menos complicada.

Ahora, con sus sorprendentes palabras, Simeone ha dado a sus dirigentes e hinchas un enorme motivo de preocupación, esos aficionados que se fueron tristes no sólo por la derrota, sino también por la sensación de orfandad que les dejó su entrenador y faro.

En estos momentos, no se entiende un Atlético sin Simeone, cuyo «momento para pensar» abrió lo que en muchos otros clubes se consideraría como una «crisis». Sólo a él le corresponde aclarar si se cansó de sólo competir o si mantiene las fuerzas para seguir siendo el gran líder rojiblanco.