«Siempre se me achacó que soy muy duro, pero tienes que ser así»

DEPORTES

CARMELA QUEIJEIRO

El dirigente boirista valoró en el programa La Voz del Deporte los seis años que lleva encabezando el club

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltan tres días para que el balón empiece a rodar en Mieres, donde el Boiro se jugará su primer ascenso a Segunda B. Antes de que empiece un partido que toda la familia boirista tiene marcado a fuego, el presidente del club, David Places, pasó por el programa La Voz del Deporte, de Radio Voz Barbanza, para echar una mirada al pasado que puede ser clave para entender al dirigente de la institución.

¿De dónde le viene a David Places su afición por el fútbol?

Tengo que admitir que nunca fui demasiado aficionado al fútbol. Mi pasión nació hace seis años de una propuesta de Changui y de Mario Otero. Sabían como trabajaba y me propusieron coger el equipo para hacer algo diferente e interesante de lo que había en aquel día.

¿De pequeño iba a Barraña?

Tengo que reconocer que no. Me tocó vivir otros tiempos, en los que nada sobrada y tuve que trabajar con 12 años. Me vi obligado a sacarme las castañas del fuego desde muy joven.

El fútbol llegó con esa propuesta de Mario y Changui.

Sí, mi camino en el fútbol nació en el plano de la gestión, que es más lo mío, no en el deportivo. Siempre me intenté rodear de personas que estuvieran muy relacionadas con el deporte, muy cerca del fútbol. En algunos casos me salió más o menos bien y en otros muy mal. Con los años vas aprendiendo, vas quedándote con lo positivo y descartando lo que no funciona.

Con el tiempo se ha convertido en un aficionado más.

Lo vivo como cualquier aficionado, pero con una presión un poco mayor. Este domingo ante el Caudal me tuve que tomar dos tranquimazines antes del partido. Me pongo nervioso porque nos jugamos muchísimo. Quisimos hacer la plantilla más competitiva posible. La apuesta fue muy fuerte y quieras que no, mantenerla y tener todo al día no es fácil.

Tomó las riendas del club en junio del 2010 con Mario Otero y Changui. Según publicaba La Voz en aquel momento, la masa social era de algo más de 200 socios ¿Cómo está actualmente?

Yo creo que era un poco menor, pero la mitad de ellos no pagaban, también había varios carteles de publicidad y solo pagaban dos. El club estaba completamente sin ingresos, solo se pagaba una prima a los jugadores de 70 euros por partido ganado.

Empezó ese camino con Changui, ¿qué pasó para que no siguiese en el Boiro?

De Changui no me gusta hablar demasiado, como futbolista es de lo mejorcito que pasó por la comarca. Tiene un olfato goleador impresionante. Ahora bien, debería cambiar muchas cosas fuera del campo.

Este año él se acordó de usted al dedicarle un gol en Barraña.

Es cierto, pero supongo que se acordaría porque él tenía dos años firmados con el Boiro y si pudo irse al año siguiente fue porque yo le di la baja.

Cuando cogieron el club se hablaba de que tenía una deuda de 30.000 euros que después se convirtió en 130.000, ¿cómo fue empezar así?

No podíamos trabajar, al tener deudas con Hacienda no podíamos tramitar subvenciones. Hubo que pedir un fraccionamiento de esa deuda y se fue pagando poco a poco. Fue a partir de ese momento cuando empezamos a trabajar como cualquier club. Siempre intenté gestionar el Boiro como una empresa.

¿Cómo definiría esa forma de gestionar la institución?

Es sencillo, en una empresa privada el que no trabaja se marcha a la calle. O se cumple con lo que hay que hacer, o se tiene que marchar. Siempre se me achacó que era muy duro, pero tienes que ser así. La realidad en la gestión de un club es que si no haces las cosas así, todos son muy amigos tuyos mientras cumples con ellos, pero cambian cuando tú les dices que no están cumpliendo contigo. Es algo que tengo muy asumido y aprendido. Quiero que la gente cobre a fin de mes, pero quiero que justifique lo que cobra a fin de mes.

¿Cómo valora este año?

La plantilla, el perfil de jugadores, la profesionalidad es indudable. Da gusto trabajar con ellos y cuando veo que las cosas se están haciendo bien no tengo nada que decir.

¿Cómo están las deudas?

Está todo al día, todo saldado. La única cuenta pendiente que hay es con una empresa de transportes. Es de los años 2006, 2007, 2008 y 2009, momento en que el Concello pagaba los desplazamientos, además es una cuantía que está sin justificar al 100%.

¿Siete entrenadores en este tiempo son muchos?

Si hubo que hacer esos cambios es porque había motivos para hacerlos. Si veo que un entrenador cuando pierde no se disgusta no me gusta.

¿Cómo ve el partido de este fin de semana?

Será más complicado que el de Barraña. Ellos necesitan la victoria y son un equipazo. Nos pondrán las cosas complicadas y tendremos que pelear hasta el fin. Pero sigo creyendo que los jugadores lo darán todo.