A Coruña se reconcilia con el básket

j. m. fernández A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

PACO RODRÍGUEZ

Riazor volvió a congregar a 4.000 aficionados entregados al baloncesto

16 may 2016 . Actualizado a las 11:11 h.

Por segunda vez en menos de 48 horas A Coruña respondió a la llamada del baloncesto. La cita congregó de nuevo a cuatro mil aficionados entregados a la causa del Leyma Coruña. Las bufandas y las camisetas naranjas inundaron unas gradas que supieron premiar la temporada de un equipo que se ha colocado a las puertas de la ACB y que ha prometido apurar sus opciones mañana en Melilla. «Estoy seguro de que el equipo no va a bajar los brazos, otra cosa es encontrar el ritmo. No veo al equipo hundido. Este equipo se levantó muchas veces», señaló Tito Díaz, que además recordó las derrota amplia en el Palacio frente al Ourense en la fase regular y la semana siguiente ganó en Lugo, o la forma en la que se recuperó de la derrota en el segundo partido del play off contra el Breogán. «También perdimos en Melilla y a los dos días fuimos capaces de ganar», recalcó Tito Díaz.

Por si la aventura finaliza mañana en Melilla, los jugadores y el cuerpo técnico del Leyma exhibieron una pancarta con un mensaje de agradecimiento por el incondicional apoyo de una afición cuyo número ha batido récords en A Coruña. «¡El quinto partido lo vamos a ganar!», coreó la afición en una espontánea reacción final para tratar de impulsar a un grupo que de forma inesperada ha activado el sueño de la ACB en la ciudad, algo que no se producía desde la temporada 94-95 cuando el entonces CAB Leymakao que entrenaba Txiqui Barros se quedó a las puertas de la ACB en la fase final disputada en Gijón.

Tres años antes, los problemas económicos truncaron la posibilidad de que el Basketmar se acercara a la máxima categoría. Pero ni en uno ni en otro caso, se había alcanzado el apoyo popular que en las últimas semanas ha tenido el Leyma Coruña, quizá por las limitaciones de jugar en la polideportiva, en un caso, o de haberse aventurado antes de tiempo en el Coliseo.

Ni siquiera ayer, en un duelo en el que el equipo que entrena Tito Díaz se vio ampliamente superado, las 4.000 gargantas dejaron de animar a un grupo que, suceda lo que suceda mañana, ha estado por encima de lo imaginable. Y A Coruña así lo ha entendido.