Un plagio de sí mismo

Luis César TRIBUNA

DEPORTES

28 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El partido que el Atlético ofreció ayer ya se había visto hace solo una ronda. El equipo de Simeone fue capaz de plagiarse a sí mismo y montar un encuentro idéntico al que ya había disputado contra el Barça en cuartos de esta competición. Y con esa misma idea, sin variar nada, fue capaz de vencer a un Bayern decepcionante.

En la primera parte, con las fuerzas intactas y las consignas frescas, se decidió por la presión alta, por la intensidad máxima en todo el campo. Luego tocó defender por aglomeración, con un campo vacío de jugadores locales hasta los 30 metros más próximos a la portería de Oblak. Y a partir de ahí, a robar y a confiar en las carreras de Griezmann y Torres y alguna incorporación de Filipe Luis. El gol de Saúl habría sido imposible tras el descanso, porque habría tenido que recorrer 70 metros para acercarse a Neuer.

Sin embargo, llegó en el momento justo. Cuando la presión era en campo alemán y había fuerzas para una salida veloz. Así se fabricó un tanto de primer nivel, de Champions. Que será recordado como uno de los mejores del campeonato porque reúne fuerza, habilidad, velocidad, precisión... Todo en Saúl, el gran descubrimiento de la temporada, que queda definido en este gol. Un jugador completísimo. A partir de ahí, el Atlético fue capaz de aguantar a un Bayern impreciso, que desde antes del pitido inicial ya sabía lo que iba a ocurrir y no fue capaz de contrarrestarlo. Y eso que al final se confundieron algunas veces los de Simeone, pero los visitantes no supieron aprovecharlo y Oblak volvió a demostrarse como un portero capaz de economizar: de convertir en tirito cualquier disparo potencialmente peligroso.

En la vuelta, el guion no variará y los de Guardiola ocuparán todo el terreno que les conceda el Atlético, que asumirá un reto peligroso: el de confiar en que el Bayern se siga equivocando.