El holandés falleció este jueves a los 68 años pero siempre será recordado como uno de los más grandes de este deporte. Y no precisamente por sus títulos
24 mar 2016 . Actualizado a las 18:24 h.Johan Cruyff falleció este jueves a los 68 años en Barcelona, «en paz y rodeado de su familia», tal y como reza un escueto comunicado difundido a través de su página web oficial.
Existen algunos futbolistas con más títulos colectivos e individuales y entrenadores con un palmarés mayor que el del holandés, pero sin embargo Johan Cruyff siempre será recordado como uno de los cuatro más grandes del fútbol. Lo hace por revolucionario, por haber cambiado la historia del deporte más universal del planeta. Primero como futbolista, con esos cambios de ritmo que dejaba a los contrarios paralizados, ese juego con la cabeza siempre erguida, buscando a un compañero libre de marca, y ese liderazgo indiscutible en el campo. Luego como entrenador, en donde acabó transformando este deporte por completo.
Como decíamos, a nivel de títulos sus logros son incuestionables. En el césped, Johan Cruyff levantó tres Copas de Europa consecutivas (1971-1973) y nueve campeonatos domésticos en Holanda con el mejor Ajax de la historia, en el que el 14 era la piedra angular, y otro título de Liga en España y una Copa del Rey con el FC Barcelona. Desde el banquillo se recordarán sus cuatro campeonatos de Liga consecutivos con el FC Barcelona en la primera mitad de los noventa y la Copa de Europa tras derrotar a la Sampdoria con aquel gol de falta de su compatriota Ronald Koeman. Sin embargo, Johan Cruyff se ha ganado un sitio en la memoria y en el corazón de todos los aficionados al fútbol, en especial de todos los simpatizantes del Ajax de Ámsterdam y del FC Barcelona, por su manera de entender el juego.
El holandés transformó de la noche al día una institución acostumbrada a las derrotas en el club más laureado del mundo en el último cuarto de siglo. Lo hizo con su forma de entender el juego. Inspirado en su profesor Rinus Michels, Johan Cruyff apostó siempre por el fútbol de posesión, por querer siempre la pelota; una idea que acabó calando en toda la institución, desde el primer equipo hasta las categorías inferiores, en donde los futbolistas se iban empapando de los conceptos que más tarde perfeccionarían en la primera plantilla.
Johan Cruyff fue uno de los primeros entrenadores que apostaron por una defensa adelantada y formada por tan solo tres futbolistas y en la que el portero debería dominar casi a la perfección el juego de pies. Otra de sus innovaciones fue la de prescindir de un nueve de referencia, para que los centrales del equipo rival no tuviesen una figura fija a la que marcar. Estos conceptos, hoy en día tan habituales, fueron totalmente rompedores en la época.
El FC Barcelona, especialmente desde que Rijkaard se hizo cargo del banquillo, ha basado su juego en la idea desarrollada por Johan Cruyff, hasta el punto de que está considerado como el gran gurú del barcelonismo. Oficialmente se encontraba desvinculado de la entidad desde que Joan Laporta, con quien mantenía una estrecha relación, abandonó en el 2010 la presidencia. Sin embargo, sus mensajes siempre calaban de forma importante tanto en el socio como en el simple aficionado azulgrana.