Diez sorbos de una gran Copa

José M. Fernández A CORUÑA /LA VOZ

DEPORTES

Paco Rodríguez

Una organización modélica y una ciudad volcada convirtieron al torneo en un espectáculo

22 feb 2016 . Actualizado a las 08:21 h.

Lo tuvo todo. La fase final de la Copa del Rey que ayer se despidió en A Coruña con el triunfo del Real Madrid se convirtió en una competición en la que mirarse al espejo. Desde el primer hasta el último segundo no dejó ni un instante para el respiro. Emoción a raudales. Partidos decididos por un milímetro. Y un Coliseum lleno hasta la bandera de 10.000 gargantas que no pararon de animar. Diez sorbos de esta gran Copa definen lo que supuso su regreso a Galicia.

1- La competición

Un modelo que funciona. El modelo funciona, incluso en una ciudad que carece de equipo ACB. Todo lo que ya se sabía y lo que se intuía es cierto. La fase final de la Copa es un espectáculo, con una organización modélica, que saber añadir espectáculo a la competición, pero sin dejar de cuidar con mimo la parte deportiva. Además, la emoción y la intensidad han presidido cada uno de los partidos y las aficiones han dado colorido a la ciudad y han convivido de forma pacífica, en las calles y en la grada.

2- La sorpresa

La clasificación de Bilbao para semifinales. Sin duda, la que protagonizó el Bilbao Dominion en la primera jornada. El conjunto vasco apeó a un Barcelona que, como siempre llegó a la fase final, como uno de los claros candidatos al título. El veterano Mumbru, campeón del mundo con España en el 2006, se ganó un trocito del corazón de los aficionados que le premiaron con una ovación cuando, ya en semifinales, se retiró definitivamente al banco tras caer frente al Gran Canaria.

3- La decepción

El Barcelona de un cuestionado Xavi Pascual. Xavi Pascual va a tener un duro final de temporada. Para un club de su entidad y poderío caer en cuartos de final se considera un fracaso estrepitoso. Su equipo estaba en todas las quinielas como el favorito a ganar la competición, tiene una plantilla repleta de recursos, pero la imagen que ofreció el Barcelona en A Coruña estuvo muy lejos de la que se esperaba. Alcanzar la Final Four de la Euroliga y pelear por la la Liga, la obligación para un Xavi Pascual muy cuestionado en los medios catalanes. Al técnico le queda una ardua tarea: recuperar la confianza del Barça

4- El baloncesto

La batuta de un incombustible Aíto. El maestro, el técnico presente en los últimos cuarenta años de baloncesto español. A sus 69 años, imparte magisterio y contagia la misma pasión de siempre por el baloncesto. Alcanzó su duodécima final. Ha conquistado cinco títulos, cuatro con el Barcelona y uno con el Joventut, y sigue en la pelea con la intensidad y la rebeldía de siempre. El apóstol del baloncesto intenso y veloz se mantiene en la vanguardia.

5- El anfitrión

Notable alto para un irreductible Obradoiro. Por tercera vez un equipo gallego competía en una fase final de la Copa del Rey. Al Obradoiro le precedieron el Breogán y el Coren Ourense. No solo mantuvo el tipo el equipo de Moncho Fernández frente a un Baskonia que no concede a sus rivales ni el más mínimo un respiro. Se recuperó de un mal inicio, puso contra las cuerdas al cuadro vitoriano y firmó una actuación espectacular. Se le escapó la victoria en el emotivo cara o cruz final. La manera en la que sus seguidores cantaron a capela el Miudiño se convirtió en una de las imágenes de esta fase final de la Copa del Rey. Emocionó incluso a las aficiones rivales. Algunos no dudaron en sumarse a la fiesta que se montó el segundo día.

6- Los jóvenes

Pocos minutos para los menos expertos. La Copa es para muchos jugadores emergentes el termómetro para medir su temple. En esta edición no tuvieron demasiadas oportunidades para lucirse. Solo algunas píldoras, ya que Doncic y Hernangómez apenas disfrutaron de minutos. Al alero del Obradoiro Santi Yusta, a sus 18 años, no le tembló el pulso en un partido tan intenso y duro como el que jugó contra el Baskonia; tiene carácter y no se esconde. A jugadores como Waczinski o Dejan Todorovic les pudo la ansiedad, no saber gestionar las emociones de los grandes momentos.

7- Los veteranos

Nunca fallan ante las grandes ocasiones. Como el vino, hay jugadores que mejoran con el tiempo, incluso una vez que llevan adosado a su nombre la calificación de veterano. Oliver, Mumbrú, Felipe Reyes, Hervelle ?, todos ampliamente rebasada la treintena, tuvieron un gran comportamiento. Mención especial para el base del Gran Canaria, la prolongación de Aíto en la pista, y para un Mumbrú cuyo carácter contagia a todo su equipo.

8- El escenario

Un Coliseum a reventar que brilló con luz propia. El montaje que la organización dispuso para el Coliseum hizo que esta instalación se metamorfoseara en una cancha con aroma a NBA. Salvo puntuales problemas con el tráfico antes de acceder al recinto y con la señalización de los baños, el resto funcionó a la perfección.

9- MVP

El premio al trabajo perenne de Ayón. Cuando Gustavo Ayón se acercó a recibir el mvp, todos sus compañeros se giraron hacia a él para ovacionarlo. Era un aplauso sincero, del que sabe lo mucho que ha hecho el pívot por el equipo durante estos días y en lo que va de temporada. Desde que llegó al Real Madrid, con el cartel de ex de la mejor liga del mundo, no ha parado de crecer. Este año los problemas físicos de Reyes le obligaron a asumir la responsabilidad en el juego interior de los de Laso. Y no ha defraudado. Acumula tantos minutos como puntos y rebotes. Y ha hecho una Copa para enmarcar.

10- El Campeón

Le tiene tomada la medida a la ciudad. En A Coruña juega como en su casa. Cuatro veces ha estado presente la Copa en A Coruña y las cuatro las ha conquistado el el equipo blanco. La primera en 1972, con Pedro Ferrándiz en el banquillo y Emiliano, Luyk o Brabander en el equipo; la segunda en 1988, con Drazen Petrovic, Fernando Martín y Romay, y con Lolo Sainz como entrenador; la tercera, en 1993, con Luyk en el banquillo y Sabonis como estrella.