Fernando Vázquez: «No entrené antes porque no quise»

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernandez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

PACO RODRÍGUEZ

Reconoce que ha echado «mucho de menos» al Dépor y que le sigue costando entender su despido

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fernando Vázquez Pena (Castrofeito, 1954) llegó a un Mallorca en descenso y en dos jornadas lo ha sacado del pozo y le ha devuelto la fe. En la isla echa en falta a su ayudante de cabecera, Manuel Pombo, pero «este año había que invertirlo todo en fichajes». Quizá llegue el próximo y para entonces el míster podría estar ya donde considera que le corresponde. Directo, como siempre, proclama: «Soy entrenador de Primera».

-Tras su primer triunfo reconoció que bien pudo haber empatado; una semana después, el Mallorca, que solo había ganado cuatro veces este curso, enganchó dos victorias seguidas. ¿Empiezan a creer en usted?

-Hombre, es que empezar bien tiene una importancia absoluta. En mi primer partido me basé en lo anterior porque no hubo mucho tiempo para cambiar cosas. Solo apliqué mi forma de entender la categoría. Ganar ayudó a que la gente siguiera con más convicción mis ideas. Gané fe y confianza por su parte, entendieron que el contexto en el que les puse ayudó a lograr victorias. Al segundo partido ya me sentía casi como uno de ellos.

-Confianza clave para quien presume de cercanía al jugador

-Yo con los jugadores hablo mucho. A nivel colectivo e individual. Aquí lo primero que les he dejado claro es que no son peores que nadie. Mi plantilla está al nivel de la del Alavés o el Córdoba.

-¿Y con los del Dépor? ¿Habla mucho todavía?

-Cuando salgo de un equipo intento romper la relación. Por respeto y por vergüenza, porque el entrenador es otro. Yo sé que he dejado amigos en ese vestuario, y mucho cariño. Tuvimos una relación muy cercana y sufrimos mucho. Cuando la gente sufre y se alegra tanto juntos, eso marca.

-¿Y con los directivos?

-He vuelto a hablar con gente de la actual directiva, no tengo el mínimo resentimiento. La vida de un entrenador está hecha de momentos y lo mismo que me tocó marcharme quizá me toque volver, a eso estaré siempre abierto. Al Dépor lo veo fantástico, un gran equipo con una extraordinaria confección de plantilla, y le deseo lo mejor, por supuesto.

-No hay rencor, pero dolió.

-Es que me costó entender por qué pasó todo, y me sigue costando. Pero el consejo de administración de un club tiene libertad para hacer lo que le parezca. Jamás pensé en no seguir en el Dépor, nunca pasó por mi cabeza no entrenar ese equipo en Primera, pero bueno, lo acepto y ya.

-¿Qué cree que sucedió?

-Yo no tuve ningún desencuentro con el consejo de administración del Deportivo. Ninguno. Así que tengo que creer lo que me dijeron, que mis declaraciones en Arzúa fueron el detonante.

-¿Desde entonces, mide más sus palabras?

-No es la primera vez que me pasa, pero sinceramente pienso que aquello que dije fuera motivo de despido. Solo quería explicar que el momento por el que atravesaba el club no le permitía fichar a quien quisiera, que a veces la primera opción no salía porque estaba muy difícil. Mi intención, de verdad, era que la gente entendiera los problemas que afrontaba la secretaría técnica.

-¿Diría lo mismo en Mallorca?

-Claro. Absolutamente. Aunque ha entrado un capital social nuevo y eso me permite unos gastos y seguramente el año que viene estaremos aún mejor.

-Después de que se fuera, el equipo sufrió para salvarse ¿Qué pasaba entonces por su cabeza?

-Bueno, al Dépor lo he echado mucho de menos, claro, lo veía y pensaba que yo merecía estar ahí. Ahora que estoy entrenando, eso cambia porque tu equipo pasa a ser ese en el que estás.

-Negoció con varios clubes, pero no acababa de firmar. ¿Temió otra larga época de desconexión?

-No. Si no me enganché antes a un banquillo es porque no quise engancharme. El fútbol es un tren súper rápido y a veces cuando quieres cogerlo ya ha pasado, estás desfasado, pero no es mi caso. Yo soy muy exigente en el proyecto. Me considero entrenador de Primera y Primera no es un mundo fácil, solo hay sitio para 20 entrenadores. Esperé y esperé porque quería algo que cumpliera con lo que pretendía. Y la espera ha merecido la pena. Yo no vengo a Mallorca para salvar el equipo, al menos no solo a eso, vengo para jugar en Primera con este equipo y he firmado un contrato porque me entusiasmó el proyecto que me ofrecieron.

«Mi obligación aquí es pelear por recuperar a la afición, lo mismo que en A Coruña»

La charla telefónica con Vázquez se produce a última hora del día, antes ha estado ocupado con la mudanza después de encontrar piso para quedarse en Mallorca, según espera, por mucho tiempo.

CESAR QUIAN

-De la isla salió en falso en el 2000. ¿Le ha costado volver?

-En absoluto. He venido a un sitio al que quería venir, que me hacía mucha ilusión porque me fui en circunstancias un poco raras. Fue un aterrizaje fácil porque no era un desconocido y la gente me recordaba con cariño.

-Una gente desencantada, parece. No va mucho al estadio.

-Mi obligación aquí es la misma que en A Coruña. Aquí estoy peleando para recuperar a la afición. El reto es complicado, pero también lo fue allá en su momento. Si le damos resultados y una imagen al equipo la gente volverá al estadio. Vendrán a vernos ganar, o al menos a no perder.

-¿Y a verles jugar bonito?

-Conozco bien Segunda y sé que lo primero, lo más importante, es no perder. A partir de mantener el casillero a cero, las opciones de ganar están a tu disposición con poco que hagas. Hay que construir un equipo sólido, compacto, difícil de batir; no dar oportunidades de inicio al rival. La estadística dice que dejar la portería a cero supone una media de dos puntos y medio por partido, hacer un gol solo supone uno por partido. Aquí estoy empezando y poco a poco iré transformando a mi equipo, pero ahora lo importante es respirar, ganar puntos, cuando estemos en mitad de la tabla ya tendremos la confianza y la seguridad para intentar otras cosas.

-Lo último que hizo en Segunda fue ascender. ¿Cuesta pelear ahora para evitar el descenso?

-Yo decido venir por algún motivo, como parte de un proyecto importante. No vengo a Mallorca para jugar en Segunda. Este año todo pasa por salvar el equipo, en el próximo estoy obligado al ascenso.

-Ahora que está en racha, ¿ve posible acortar esos plazos?

-Para ser sexto tengo que ganar doce partidos de 19, ese sería el objetivo máximo. El mínimo es salvar al equipo y para eso tengo que ganar ocho. Ni siquiera el consejero delegado me habla de ascender este año, claro que si lo puedo conseguir... Igual me hacen aquí un monumento y todo.