Frío empate en Santa Isabel

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

XOÁN A. SOLER

El Santiago se enredó ante un Jumilla timorato pero ordenado

28 nov 2015 . Actualizado a las 23:24 h.

El Santiago Futsal se congeló en el frío pabellón de Santa Isabel y no pudo pasar del empate ante un Jumilla timorato y ordenado que tuvo en el portero Fede a su mejor jugador.

El equipo murciano compareció en Compostela con las ideas claras, sobre todo una: nada de riesgos. En la primera parte, casi siempre esperó a los locales en campo propio, con una defensa muy compacta que multiplicaba las ayudas. Con este planteamiento, apenas inquietó a Iker pero, por contra, incomodó mucho a un Santiago Futsal que trataba de mover el balón con paciencia y que no encontraba apenas huecos. Y, cuando los halló, apareció el portero Fede, sobre todo en un par de intervenciones: en el minuto siete tapó con la cara un chut de Quintela, tras la mejor combinación compostelana: a falta de cuatro segundos aguantó después de una buena maniobra de Catela.

Al Santiago siempre le faltó el último pase, o un par de centímetros en dos acciones en las que buscó bien el segundo palo. Otras veces le sobró algún regate, sobre todo en el minuto diez, en el que Álex Diz se recreó pero no encontró línea de tiro. Y no consiguió ningún robo de balón que le permitiese avanzar con superioridad numérica.

Los visitantes solo se estiraron un poco en los últimos minutos, en los que buscaron transiciones rápidas y apelaron al talento individual de Orzáez y de Cristian Rubio, los más activos en ataque. Apenas inquietaron y el marcador llegó al descanso con empate sin goles.

Poco cambiaron las cosas tras el tiempo intermedio. Si acaso, el Jumilla trató de presionar un poquito más arriba. No mucho. Y en un minuto llegaron dos goles.

Dos latigazos

Los visitantes abrieron la cuenta tras una falta que no era. Fue un tanto de los que nacen en el laboratorio, en una acción ensayada en la que llevaron el balón a la otra banda, con espacio para que Orzáez marcase.  Respondió el Santiago de inmediato. Álex Diz porfió junto a la banda,  y sirvió para que Iván Rumbo completase. Fueron dos latigazos en medio de la atonía. 

A partir de ahí, vuelta a lo mismo. El Santiago fue mucho más ambicioso, pero no era su día. Arriesgó incluso con el ataque de cinco a falta de tres minutos, sin suerte, porque Fede paró todo lo que le llegó. No hubo premio al atrevimiento

El Jumilla, más que buscar lo que hizo fue seguir esperando su suerte. Y reclamó un doble penalti en una acción en la que los árbitros mostraron amarilla a Antonio Diz por obstaculizar el saque del potero e indicaron falta indirecta.