El Dépor ganó un partido por el que luchó desde el pitido inicial ante un Celta que se vio superado
22 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Un derbi con todas las de la ley. La clasificación de ambos no se notó en el campo, hubo momentos de tensión, acciones espectaculares, goles y pasión. Un encuentro de rivalidad en el que la pizarra de Víctor Sánchez del Amo se impuso a la de Eduardo Berizzo e hizo al Dépor ganador de un partido que le sirve para romper la racha de cinco seguidos sin imponerse.
¿Fue justo el resultado?
Sí, porque, más allá del arreón final del Celta, el Deportivo fue dueño y señor del partido. Dio un baño a un Celta que, sobre el papel, podía pensarse que partía como favorito. En la primera parte, los visitantes solo tuvieron dos ocasiones más por regalos individuales (un fallo de Arribas y el penalti) que por deméritos de los locales. En la segunda intentó algo más, pero tampoco logró peligro alguno.
¿Fue valiente Víctor en el planteamiento inicial del partido?
Sí. A diferencia de lo planificado ante el Atlético de Madrid, el Dépor salió ayer a por el Celta. A no dejar pensar al equipo de Berizzo. Tratar de que la defensa, ya de por sí floja, no sacara el balón con comodidad. Que el medio del campo tuviera problemas a la hora de recibir. Y que, por lo tanto, no le quedara más opciones que recurrir al pelotazo para que los hombres de arriba se pelearan con la retaguardia del Dépor.
¿Acertó con los numerosos cambios introducidos?
El resultado lo dice todo. Porque además, no fue una victoria fruto de la casualidad, sino de un buen partido del Dépor que supo maniatar a las piezas clave del Celta y explotar sus virtudes.
¿Notaron la falta de partidos los nuevos?
Tácticamente no. Luisinho pareció llevar toda la temporada jugando y se entendió perfectamente, sobre todo, con Fernando Navarro y Lucas Pérez. Álex Bergantiños no tuvo problema ni en tareas de contención, en las que se desenvuelve a la perfección, como en ataque, en donde no dudó en incorporarse, como en el gol de Lucas Pérez. Le tocó actuar más adelantado de lo que es habitual en él y dio la talla. También Cani y Jonathan llevaban jornadas sin gozar de la titularidad y, con mayor o menor acierto, tampoco evidenciaron síntomas de inactividad.
¿Quien ganó el duelo de entrenadores?
Claramente Víctor Sánchez del Amo. El entrenador madrileño fue superior a su homólogo del Celta en la pizarra. Impuso un trabajo duro en el centro del campo y maniató a los futbolistas habitualmente más decisivos del Celta. En la segunda parte, cuando se preveía que el equipo podía dar un paso atrás, aunque por la inercia de verse por delante en el marcador y al Celta atacando, necesitado de remontar, el Dépor no se encerró y mantuvo esa presencia mientras hubo fuerzas. En ese tercio, corrió bien el contragolpe y llevó peligro al área celeste. También acertó en los cambios que le dieron frescura al equipo cuando más lo necesitaba.
¿Por qué no se encontró a gusto el Celta en el campo?
Principalmente porque su medio del campo falló y porque Nolito tardó mucho en aparecer y, cuando lo hizo, fue con errores, penalti fallado incluido. La pasada temporada, el Celta se llevó el derbi, principalmente, porque el medio del campo fue superior, muy superior, al del Deportivo. Krohn Dehli, Radoja y, sobre todo, Augusto dieron un auténtico recital de cómo dominar una parcela del campo, esconder el balón al rival y marcar el tempo del partido. Este año, el Deportivo evitó con su presión que los celestes pudieran pensar y, en muchos casos, que la medular participara de la transición defensa-ataque.
¿Cuál fue el papel de los futbolistas gallegos?
Los del Deportivo resultaron determinantes. Álex y Lucas participaron en el gol, además de que el de Monelos fue un incordio para la defensa rival durante todo el partido. Y Pedro Mosquera, en su linea, cortó todo lo que se podía cortar y participó activamente en el inicio de prácticamente todas las acciones.
En cuanto a los futbolistas del Celta, Sergio tuvo alguna acción buena, como en un mano a mano con Jonathan Rodríguez, pero el resto resultaron intrascendentes.
¿Notó Iago Aspas la presión del derbi, como en anteriores compromisos?
El de Moaña no exhibió esa sobre motivación que en anteriores encuentros de rivalidad le costó tarjetas, expulsiones y desquicies, pero no fue el Iago Aspas decisivo de otros encuentros de esta temporada.
¿Qué le pasó a Nolito?
No se le vio cómodo en el campo. Primero, porque Juanfran, a diferencia de otras ocasiones, no abandonó sus obligaciones de cerrar su banda. El andaluz se encontró con la figura del madrileño como sombra. Además, notó toda la responsabilidad sobre sus hombros y le pesó demasiado.