Mucho partido y pocas impresiones

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

DEPORTES

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un Madrid-Barça, en el Bernabéu o en el Nou Camp, siempre ha sido y será un partido que despertará pasiones y controversias, un duelo que pondrá delante de las pantallas a millones de espectadores en todo el mundo.

Pero algo se está perdiendo, porque los clubes tienden a limitar tanto el contacto de sus futbolistas con la prensa y los seguidores que lo que consiguen es deshumanizar el deporte, alejarse de la afición. La renuncia a la palabra solo puede denotar inseguridad o cierta arrogancia.

Messi se prodiga tan poco que es difícil saber qué piensa. Sobre el partido o sobre cualquier otra cuestión. Cristiano Ronaldo lleva un tiempo en el que solo habla para dejar ver que no está contento o para promocionar su película autobiográfica. En ese escenario no escatima modales. Lo último que se conoce de Neymar es por boca de su padre, que quiere «seguridad jurídica y tributaria». Reclama certidumbre en un terreno nada incierto.

Lo que debería ser la norma se convierte en excepción. Por eso se agradece tanto escuchar a Iniesta diciendo que los clásicos «lo ponen como una moto».

Aunque resulte tan complicado conocer las inquietudes y las opiniones de los grandes protagonistas sobre la contienda de esta tarde, más allá de las ruedas de prensa de rigor (todavía resisten el asedio), un Madrid-Barça siempre está rodeado de alicientes, interrogantes y expectación.

Rafa Benítez ha despejado tanto la enfermería que la sola confección del once será ya toda una declaración de intenciones. ¿Apostará por el trío Bale-Benzema-Cristiano Ronaldo en punta? ¿Le hará sitio a James? ¿Y a Isco? ¿Adelantará la línea de defensa para intentar ahogar la salida de balón del Barça?

En el lado azulgrana está más definido el modelo y no hay tanto ruido. Si acaso, se avecina una disyuntiva, toda vez que Neymar y Luis Suárez han ganado presencia y protagonismo en ausencia de Messi. ¿Recuperará la titularidad el argentino a las primeras de cambio? ¿Esperará en el banquillo para ser revulsivo si vienen mal dadas?

Pasará el partido, se seguirá hablando del clásico y se abrirán todo tipo de debates, con escasa participación de los jugadores. Pero la pelota seguirá rodando, porque el fútbol puede con todo. Aguanta escándalos de todo tipo y pelaje, aguanta polémicas, a menudo horarios intempestivos. Porque la esencia está en el balón, y con eso nadie puede.