A Malata, donde los futbolistas se hacen entrenadores y ganan

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS FERROL / LA VOZ

DEPORTES

KOPA

Tena, central de la plantilla hasta junio, bate récords con el Racing y reedita una apuesta que ya funcionó con Luis César y Aira

13 oct 2015 . Actualizado a las 10:28 h.

Después de reunir 12.000 personas en A Malata para un ascenso que cerraba 21 años lejos de Segunda División A, el Racing dio un sorprendente cambio de timón. El desencuentro entre el técnico, José Ramón Arteche, y el presidente, Isidro Silveira, convirtió al portero suplente, Luis César Sampedro, en el nuevo entrenador para el reto de la permanencia. De la desconfianza de un amplio sector de la afición, el preparador arousano pasó al reconocimiento casi unánime de su trabajo cuatro años después, cuando cerró su ciclo en Ferrol. Desde el 2000, aquella vía la exploró Silveira otras tres veces, la última al elegir a Miguel Ángel Tena el pasado junio. Se retiró un central y nació un entrenador. Hasta hoy su bagaje de resultados apunta a rotundo acierto. En la Liga suma seis victorias, una derrota y un empate, 19 puntos en ocho jornadas, récord en un arranque en la época reciente del club en Segunda B. En la Copa se encuentra a una victoria de la ronda en la que le tocaría un rival de Champions en seis de los siete casos posibles.

CESAR TOIMIL

El perfil preferido de Silveira cumple dos premisas. Son jugadores que de un día para otro se convierten en debutantes y eran futbolistas que militaban en el Racing en ese momento.

Entre el debut de Luis César en el 2000 y el arranque demoledor de Tena en el 2015 hubo otros dos casos: el éxito de José Manuel Aira (logró un ascenso de récord a Segunda B en el 2013 y un play off a Segunda A al año siguiente) y la destitución de Manolo Sánchez Murias en el 2009, a los siete meses de asumir el cargo. La excepción.

«Me gusta contar con un entrenador que ha sido futbolista hace poco. Entienden mejor a los jugadores, saben lo que es un vestuario», razonó Silveira en verano cuando maduraba darle al equipo a Tena. Esa misma mañana pasó por su despacho Luis César para una conversación de amigos. No le debió desaconsejar el fichaje de otro futbolista sin experiencia como técnico. El círculo volvía a cerrarse con Tena. «Me gusta que los entrenadores conozcan la casa y siempre es bueno traer a un chico que conoces tú también. Siempre hemos ascendido con gente de ese perfil, Arteche, Luis César, los Veiga... Gente del entorno», añade sobre los técnicos de los tres últimos ascensos a Segunda A, si bien Arteche y Veiga responden a otro perfil, no eran debutantes ni colgaban las botas para entrenar.

Tras un tropiezo en el debut en el campo de la Arandina, el Racing de Tena cogió vuelo, con partidos brillantes ante el Logroñés (uno de los principales rivales para el título), el Sporting B y el Peña Sport.

«Estoy encantado con él, con el fútbol que proyecta en el equipo y con su forma de llevar las cosas. Personalmente yo confiaba en él y sabía que no me iba a fallar. Es un técnico joven, muy trabajador y tiene las cosas claras», considera Silveira, que en junio fijó un objetivo ambicioso. Si el Racing quería subir, la forma de lograrlo pasaba por ser campeón del grupo primero, pues es el camino más corto hacia el ascenso y permite incluso un desliz en la primera ronda.

Tena, nacido en Almazora (Castellón) hace 33 años, destacó desde su fichaje su vínculo sentimental con el Racing, que lo hace un técnico de la casa. «Este fue mi primer club como profesional y ha sido el último», comentó al tiempo que asumía, desde la prudencia, el objetivo de ser campeón del grupo primero.

Otro elemento une las apuestas de Silveira por futbolistas que se convirtieron en entrenadores en A Malata: la paciencia con sus proyectos, también con la excepción de Manolo Sánchez Murias. Mantuvo a Luis César pese a las críticas iniciales y lo renovó tras el descenso a Segunda B. Cuando el arousano se marchó, nadie dudó de que había hecho un gran trabajo. También respaldó a Aira pese a un inicio difícil en Tercera, con el equipo en tierra de nadie, y luego llegaron los éxitos.

ANGEL MANSO