Maceira (Racing) cocina y De Vicente (Somozas) gana a la consola. Comparten piso y coinciden en gusto musical. El sábado, rivales.
01 oct 2015 . Actualizado a las 18:05 h.Vigueses, futbolistas, amigos y compañeros de piso en la rúa Magdalena de Ferrol. Diego Maceira, lateral del Racing, y Antón de Vicente, cerebro del Somozas, se miden el sábado en el derbi comarcal de Segunda B. Uno hace la comida, otro fue el último que bajó a la compra. El defensa navega y hace surf, y el centrocampista elige senderos y playas para conocer el entorno. Con la consola, uno se viste del Athletic y otro del Celta. El gusto musical les une y el sonido de Vetusta Morla, Love of Lesbian, Iván Ferreiro y Crystal Fighters inunda su luminoso dúplex. Solo recuerdan dos anecdóticos desencuentros. Uno verbal y otro físico, con el balón de fondo. «Jugábamos en el Celta B y en un partido Mace no subió la banda, algo que lo hace diferente, y discutimos», recuerda De Vicente. «Y una entrada mía en Burgos le dejó una marca en la pierna», añade Maceira, mientras su compañero de piso enseña la cicatriz. «Somos los dos muy cabezotas, pero en casa jamás hay una discusión», añaden.
La amistad cuajó en la liga 2012/13, cuando contribuyeron al ascenso del filial del Celta a Segunda B, con Jonny Castro, Madinda... «Aquel vestuario, incluido el entrenador, Pichi Lucas, creyó en sus posibilidades y logró un éxito inesperado. No fuimos primeros porque el Racing completó una liga de récords».
Los piques son inevitables porque «en casa se habla las 24 horas de fútbol». Su derbi arroja contrastes. De Vicente (Vigo, 1989) llega como titular tras el gol de falta que el domingo valió el triunfo del Somozas en San Lázaro. Maceira, (Vigo, 1990), fijo la pasada liga, lleva dos semanas fuera de las convocatorias del Racing. El modesto solo perdió uno de sus seis últimos encuentros ante el grande, ahora colíder.
«La calidad individual y el juego que hace el Racing, saliendo desde atrás, resulta muy vistoso. Y para mí Pablo Rey marca las diferencias. Aunque la plantilla sea corta, hará un buen año, pero para ser campeón dependerá de las lesiones», analiza De Vicente del equipo donde vivió su primera experiencia fuera de Vigo, en la liga 2009/10. Para el sábado, Maceira apela a la prudencia por los precedentes ante el Somozas: «Nos tienen la medida tomada. Juegan con una alta intensidad defensiva y cuesta un mundo marcarles. Como la plantilla tiene muchas novedades, necesitan algo de tiempo para alcanzar más regularidad. Jugamos en un campo pequeño, que no nos beneficia, y creo que el resultado lo decantarán los errores que cometa cada uno».
Mientras no llega el derbi, el buen tiempo les anima a salir en la chalana de Pablo Rey a pescar por la ría. Maceira tiene el título de patrón de embarcaciones de recreo y cae algún choco para añadir al arroz. Termina el día y se enfrentan en la pantalla pequeña moviendo los hilos de sus equipos favoritos de la Premier League. El sábado les toca a ellos.
Profundidad e inteligencia
A mediados de la pasada liga, cuando cambió el Burgos por el Somozas, De Vicente retomó su amistad con Maceira. Desde el verano viven en el mismo piso del barrio histórico de A Magdalena con un compañero de estudios del lateral del Racing, que cursa Ingeniería Mecánica en Ferrol.
Diferentes por condiciones y puestos, ansían virtudes del otro. «Su potencial ofensivo le hace desequilibrante por su desborde en banda como lateral. Y con balón maneja muy bien la pierna izquierda», elogia De Vicente sobre el carrilero del Racing.
Maceira sabe que la visión espacial y la colocación del medio centro del Somozas le permiten gobernar los partidos desde su puesto por delante de la defensa. «Tiene algo muy importante y a la vez difícil, inteligencia táctica. Los grandes equipos siempre cuentan ahí con un jugador determinante. Es listo y está bien situado para que el equipo no se desequilibre en ningún momento», devuelve el racinguista el piropo hacia su rival del sábado.