Un chico familiar, un rival deportivo, un personaje volcado en la enfermedad de su hermana y, evidentemente, un extraordinario jugador. Jordan Spieth encarna una imagen redonda, que le confiere un atractivo indiscutible para las marcas. El gran público le descubrió en el 2014, cuando ya lideró el Masters y había firmado sus primeros grandes contratos con Titleist y Under Armour, que se anotaron los grandes tantos. En este 2015 se ha convertido en un fenómeno que trasciende el golf, con una historia que encandila al espectador. Un deportista con formación universitaria, una persona volcada en su familia, un hermano que lleva siempre que puede a su hermana a los torneos... Valores perfectos para el mercado estadounidense, tanto si hablamos de un golfista, como si se trata de la elección del presidente de Estados Unidos.
Tiene la sociedad norteamericana una doble moral, sí. Pasaron de idolatrar a crucificar a Tiger Woods a raíz del escándalo con su pareja. Prefieren personajes impolutos. A Spieth le adora el público, pero también sus compañeros, un rasgo que lo diferenciaría de otros golfistas venerados por la gente, pero que no encuentran tantas simpatías en el vestuario, como Phil Mickelson. Si lo primero que dicen los rivales sobre Spieth se refiere a la gran persona que es, algo quiere decir, pues no necesitan tener ese gesto, y con él lo hacen. Por lo que conocemos, es un deportista con una vida tranquila y muestra una cercanía y cariño con su equipo que otros no tienen. Lo indican los gestos de complicidad como el que tuvo con su cadi, Michael Greller, al que abrazó en el domingo camino del green del 18. No lo trata como a alguien que trabaja para él, como pueden hacer otros profesionales, sino como a un compañero. Y eso le gusta a la gente.
La relación con su familia, con los fans, con los compañeros y con su cadi dibuja esa imagen redonda. Una buena noticia para el golf y valores que disparan el valor de su marca.
Alfonso Castiñeira es jugador profesional y licenciado en Márketing y Gestión Empresarial de golf por la Coastal Carolina University