¿Quién puede pararle?

Fernando Rey Tapias LA PIZARRA

DEPORTES

15 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la pregunta más común en el tenis tras la final del US Open. Si una de las mejores versiones de Federer, con un público entregado, no ha sido capaz de doblegar a Djokovic, ¿quién podrá pararle en el futuro?

El balcánico, muy bien preparado, ha esquivado hasta ahora lesiones importantes, y se muestra como un competidor insaciable, deseoso del reconocimiento que el público profesa a Federer y Nadal. Cuando vea que eso no solo tiene que ver con la calidad tenística, sino también con la deportividad, y cambie algunos de sus comportamientos en la pista, quizás lo consiga.

Lo que sí logra Djokovic es dominar el tenis mundial, con la sensación de ser casi inexpugnable para sus rivales, que no ven resquicios para superarle. Tiene un físico impresionante, un tenis cada vez más completo, un buen saque (sobre todo el segundo), un resto excepcional, un ritmo trepidante tanto de derecha como de revés, buen toque de dejadas, y volea y remata mejor últimamente (probablemente sea la contribución de Boris Becker). Todo dentro de una mentalidad fortísima, ganadora, de las que asustan a sus rivales, que saben que no van a tener ninguna concesión para superarle.

Desde la victoria de Serbia en la Davis, su actitud cambió a positivo y demuestra con regularidad todo su potencial. Ha jugado ya 18 finales de Grand Slam, con 10 títulos. Roland Garros, donde ha perdido tres años en el partido decisivo, es el único lunar a su gran temporada, y sin duda el principal objetivo para 2016.

Acumula 164 semanas en lo más alto de la ATP, con solo 28 años, con una sensación de plenitud absoluta. ¿Quién puede frenar su enorme supremacía? Si la derrota no desanima a Federer y sigue con la misma ilusión, el suizo puede ser todavía un rival temible, sobre todo en Wimbledon. Si Nadal, como todos deseamos, mejora, será otro duro rival para el de Belgrado, sobre todo en París. Murray tiene potencial para ganarle, pero necesita ser más agresivo y mentalmente más equilibrado. Wawrinka le arrebató dos grandes finales, Australia 2014 y Roland Garros 2015, pero, aunque ha dado un salto importante, le sigue faltando regularidad.

De la generación siguiente, Nishikori tiene cualidades, pero se lesiona con facilidad y no sigue una línea estable, Dimitrov no acaba de hacer competitivas sus cualidades y Raonic tampoco parece un rival de la máxima talla. De los más jóvenes, Thiem es el más equilibrado, Kyrgios el de más desparpajo, y Coric, Chung, Kokkinakis, Zverev y Rublev están aún muy tiernos para altas metas.