Disfruta tú que puedes

Rocío Candal
Rocío Candal DIARIO DE UNA FUTBOLISTA

DEPORTES

10 sep 2015 . Actualizado a las 17:07 h.

Hay vídeos diferentes que, antes incluso de ser reproducidos, sabes ya lo que te van a transmitir. Sin embargo, estas sensaciones van a más, si cabe, cuándo pulsas el play y van pasando los minutos. Diferentes imágenes y sonidos te teletransportan a momentos del pasado que habían quedado resguardados en una vieja caja del trastero, en una simple hoja de papel titulada con las palabras alta y médica, en una foto de Instagram, una camiseta de apoyo... Miles de documentos materiales o abstractos conservan heridas que un día cicatrizaron. No digo que te hayas olvidado, pero puede que dejaras de verlo, de valorar lo que tienes, recordar lo que pasaste... Sólo tú sabes de dónde vienes, sólo tú conoces tu calzado y el sendero que te tocó atravesar.

El contenido multimedia que aparecía citado al principio, esta vez, no es otro que '371', el documental sobre la lesión de Thiago Alcántara.

Tú, como él, no estás lesionado, nada te impide jugar el domingo, entrenar el jueves o el viernes... ¡Eres muy afortunado! 

Quizás hoy no lo sepas o no lo quieras ver, pero, ¿te acuerdas de los días en los cuales tu nombre no aparecía en la convocatoria? ¿Acaso has olvidado las lesiones que sufriste y su consecuente rehabilitación? No dejes que la tranquilidad y la paz del momento sean en vano. Aprovéchalas, sal ahí y disfruta del juego. Me da igual si eres central o delantero, no me interesa para nada tu posición en el campo. Quiero que valores dónde estás, porque algún día de tu vida la historia fue bien distinta. Hoy no tienes mayor preocupación que montarte en ese autobús o ese coche, saltar al verde y jugar. Pero disfruta, disfruta mucho, no lo olvides jamás. En el momento en que dejes de hacerlo, replantéate lo que estás originando, ahí el juego dejará de tener sentido.

Porque el fútbol es un fiel reflejo de la vida (sin comparar para nada la importancia de uno y otra): nunca valoras suficientemente lo que tienes hasta que de repente lo pierdes. Sin previo aviso, sin razón o simplemente porque tu momento pasó, cuándo te das cuenta y te despiertas, tu tren viaja ya de camino a otra estación. Quizás algún día tengas suerte y regrese, pero el que tenías ya lo has perdido, el árbitro ya pitó el final de los 90' y tú no has sabido aprovechar tu ocasión. Otro partido que termina sin que te enteres. No te permitas el lujo, ¡espabila! 

Le estás dando demasiado énfasis a si ganas o pierdes y no sabes que a veces para ganar tienes que perder. ¿En serio crees que mañana te vas a acordar de aquel 3-1? Es muy posible que lo recuerdes, sí, pero cuándo digas: ¡basta! y ya no puedas más, cuándo cuelgues las botas para siempre, estoy seguro de que por encima de todo te quedarán los recuerdos y las sensaciones. Por suerte, ese momento aún no ha llegado a mi carrera y no te puedo decir que se siente, pero, si hoy me hicieran escoger algo de estos diez años, te aseguro me quedaría con la felicidad y las emociones antes que con cualquier título (y con los compañeros, ¡claro!)

Y es que, acuérdate de la fortuna que posees por el simple hecho de ser parte del juego, deja los problemas en casa y disfruta de la redonda esa que tanto bota. Quizás mañana ya sea demasiado tarde. ¿Acaso no te acuerdas de aquel esguince de tobillo que tan mal curaste? Un mal apoyo, otra recaída... Cualquier tontería puede condicionar tu próximo entreno, ¡disfruta hoy que puedes!