El sueño de hacer las Américas

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

DEPORTES

Jorge Prado viajará a Estados Unidos en noviembre con el reto de tomar contacto con el supercrós, modalidad en la que siempre ha anhelado triunfar

01 sep 2015 . Actualizado a las 09:30 h.

El aura de Jorge Prado, piloto de KTM, brilla en el mundo de las dos ruedas. El fin de semana, se proclamó campeón de Europa de motocrós en 125 centímetros cúbicos y quemó otra etapa a velocidad de vértigo. La próxima campaña dará el salto a los 250. Pero su mirada se pierde más allá del océano Atlántico. Casi desde que se subió a una moto, tuvo claro su objetivo: competir en el supercrós en Estados Unidos. En noviembre se desplazará a Norteamérica para empezar a familiarizarse con la modalidad. Hasta enero, tomará contacto con su sueño dorado.

A diferencia del motocrós, el supercrós es una modalidad que se lleva a cabo sobre circuitos artificiales construidos dentro de los inmensos estadios estadounidenses. «La temporada se hace entre los meses de enero y marzo, casi todos los fines de semana. La asistencia de público suele superar los 70.000 espectadores y el espectáculo tiene cobertura televisiva», explica Jesús Prado, padre del piloto lucense.

Pero, más allá de las multitudes, el deseo de Jorge Prado de probarse en el supercrós está arraigado desde hace años. «Su sueño desde pequeño es ir a Estados Unidos. En KTM lo saben y lo apoyan. El mercado norteamericano es muy amplio y para la marca es muy fácil moverse allí», señala su padre.

Calendario

«Niño prodigio» o «gran talento» son algunos de los calificativos que Jorge Prado ha recibido en el mundo del motociclismo. Ahora, tratará de seguir asombrando sobre las dos ruedas con el inminente salto a Estados Unidos. En noviembre, paladeará el mundillo que rodea a su sueño dorado. Pero no podrá competir allí hasta 2017, cuando cumplirá los 16 años exigidos para poder volar en los estadios norteamericanos.

Los inicios no serán sencillos. «Es un campeonato que está abierto a todo el mundo y, para acceder a él, hay que clasificarse entre los veinte mejores», relata Jesús Prado.

El deseo de asentarse en el supercrós conllevará otro traslado para el lucense. «La idea es afincarse allí. En Estados Unidos, es un orgullo competir en el supercrós. Por lo tanto, al igual que sucedía hace años con las estrellas de la NBA, los pilotos no salen a competir fuera».

El montante económico que mueve el supercrós es muy superior al que envuelve al motocrós europeo. No obstante, la temporada en Estados Unidos se vuelve muy exigente, con unas cuarenta pruebas anuales -el doble que en el viejo continente-.

Dentro de un año y medio, si todo se desarrolla con normalidad, Jorge Prado se estará codeando en Norteamérica. La competición de supercrós se celebra entre los meses de enero y marzo. El Campeonato estadounidense de motocrós, entre abril y septiembre. Esos serán los retos mayores del piloto lucense en un futuro cada vez más cercano.

Stefan Everts detecta «un potencial alto» en el piloto lucense, pero alterta de la dureza del supercrós

Si alguien conoce bien a Jorge Prado, ese es Stefan Everts, jefe de equipo de KTM y diez veces campeón del mundo de motocrós. Sobre el futuro del piloto lucense en el supercrós, estima que «es su elección, desea ir allí. Es posible que triunfe, porque tiene mucho talento y tacto con la moto».

No obstante, Everts advierte que la aventura norteamericana no será un camino de rosas: «Los circuitos son más pequeños que en Europa, pero hay que completar las mismas distancias. Es una competición totalmente diferente. El supercrós está basado en los saltos y Jorge es muy bueno en ese apartado. Posee un potencial alto. Pero he visto a otros pilotos que lo han intentado y acabaron rotos; nunca volvieron a ser los mismos. Él tiene la ventaja de que se familiarizará con la modalidad siendo muy joven».

Pese a que Everts se deshace en elogios hacia el vigente campeón de Europa de motocrós en 125 c.c., también es crítico: «Tal vez deba ser más abierto a la hora de aceptar consejos, pero es realmente bueno para su edad».

El mundo del motocrós contempla la futura elección de Jorge Prado con resignación, como reconoce Everts: «Es una pena que se quiera ir a Estados Unidos. A su edad, yo me vi en la misma tesitura. Probé el supercrós durante dos temporadas, pero preferí volver para disfrutar de mi carrera en Europa. Me retiré con 34 años, una edad imposible de alcanzar en Norteamérica por la intensidad y la acumulación de competiciones».

Pese a que el motocrós no es un deporte mayoritario en España, Everts confía en que la figura de Prado le dé un impulso: «Tiene buena imagen y personalidad en el motociclismo. Capta mucha atención de los medios y es un chico popular, educado y agradable».