Jorge Prado camina hacia el Olimpo

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

DEPORTES

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Se proclamó campeón de Europa de 125 c.c. en el año de su debut

31 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una muesca más en el camino hacia la excelencia, hacia el Olimpo de las dos ruedas. Jorge Prado (Lugo, 2001) se convirtió ayer en campeón de Europa de motocrós en categoría de 125 centímetros cúbicos. Lo hizo después de firmar una temporada primorosa y de partir en cada carrera como el piloto más joven de la parrilla. El niño prodigio descorchó el champán en tierras holandesas. Los oráculos le ubican en un futuro que pinta esplendoroso.

Prado se jugó el título continental con su compañero de equipo Joziah Natzke. Pero ya en la primera manga disputada en Assen se vio que el lucense afrontaba la cita decisiva con un mayor aplomo que el neozelandés. El gallego arrasó, marcó la vuelta rápida y atravesó la meta en primera posición con autoridad. Mientras, su mayor rival se diluía en el pelotón de perseguidores.

En la carrera definitiva, celebrada ayer por la mañana, Prado gestionó su ventaja de quince puntos en la clasificación para aplicarse con prudencia. Mientras, Natzke fue presa de los nervios y claudicó ante el portento lucense, que acabó décimo. Un abrazo y una afirmación de «eres un crack» atestiguaban el reconocimiento del neozelandés hacia el piloto gallego.

En su temporada de debut, Jorge Prado consiguió su segundo campeonato europeo -el primero lo había logrado en 65 centímetros cúbicos-. Pero no se conforma con los éxitos rubricados hasta la fecha. KTM, la mejor marca del mundo, le ha atado hasta 2020. Y Red Bull también continúa al lado del lucense, que lleva camino de convertirse en uno de los más grandes de la historia.

Prado sonríe encima de la moto y le da, desde la distancia, momentos de gloria a un deporte español que, tal vez, no lo valora tanto como hacen en otros rincones del mundo. Afincado en Bélgica, es más que probable que su carrera se hubiese estancado en caso de haber permanecido en su Galicia natal.

Salto a 250 c.c.

Jorge Prado es un caimán de etapas. Conseguido el título de 125 en su primer año en la categoría, la próxima campaña dará el salto a 250 -el equivalente a Moto 2-. Volverá a ser el más joven de la parrilla, pero, además, deberá medir sus fuerzas con rivales de más de 20 años, en plenitud física y con mayor rodaje en la modalidad.

En principio, Prado tomará parte en el Campeonato de Europa y, además, en tres o cuatro pruebas del Mundial. «La moto es mucho más rápida y pesa unos diez kilos más. En el plano físico, será más exigente», apunta Jesús Prado, padre del piloto.

Pero el horizonte va todavía más allá del salto a los 250 centímetros cúbicos. Porque, si la carrera del piloto lucense se desarrolla con normalidad, el futuro está en los Estados Unidos. En el mes de noviembre cruzará el charco para entrenarse hasta enero en la modalidad de supercrós, la que a él le seduce. Todo ello con las miras puestas en 2017, cuando, por edad, ya podrá participar en las espectaculares pruebas norteamericanas.

No obstante, no todo son bondades en el entorno de Jorge Prado. Ídolo en el mundo de las dos ruedas y con un presente esplendoroso, no acaba de ser profeta en su tierra. «Ahora tenemos más impacto en redes sociales o medios de ámbito nacional, pero eso no se ha traducido en patrocinios. Solo contamos con un espónsor español», explica el padre del piloto.