Roger recupera su esencia

Óscar Burrieza

DEPORTES

26 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Para poner en marcha la forma de restar con la que Roger Federer conquistó el Masters 1.000 de Cincinnati se necesita, en primer lugar, atrevimiento; y, en segundo, la confianza de poseer una velocidad de ojo y de mano lo suficientemente rápida. Quizás, este paso adelante podrían hacerlo más jugadores de los que pensamos. Pero no es sencillo atreverse, eliminar el miedo al qué dirán o cómo va a resultar. El suizo está en un momento de su carrera en el que este tipo de cosas le divierten, le motivan y esta le ha salido probablemente mejor de lo esperado.

El recurso se ha mostrado eficaz en momentos de presión del restador al jugador con el saque. Considero que es fundamental ir por delante en el marcador y, de esta forma, provocar dudas y complejo de inferioridad en el adversario. Federer siempre ha sido excelente en la red. La época de sus grandes duelos con Rafa Nadal ensució su tenis. Le quitó naturalidad y frescura, perdió parte de su instinto. Muy poco a poco ha ido recuperando su esencia. Edberg y el bajón de su bestia negra le han ayudado a ello. Todo esto lo ha aproximado de nuevo a la red, donde es más feliz, y este resto es parte del proceso.

De todos modos, hay gente en el Tour haciendo cosas parecidas. Serena Williams o Benoit Paire han restado también cerca de la línea de saque con cierta frecuencia, lo que pasa que hacerlo con la clase de Roger no lo puede hacer nadie.