Desagüe Las Gaunas

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado AVANTI COMPOS

DEPORTES

24 ago 2015 . Actualizado a las 18:26 h.

La pasada campaña el Compostela regresó de Las Gaunas con un sabor agridulce y cara de idiota tras haber dejado escapar el triunfo en el descuento. Una ventaja de dos goles que se fue al garete en cinco minutos, primero de desconexión y después de pánico, y que impidieron al equipo clavar la cruz de Santiago en uno de los campos más difíciles de la categoría. Por el coladero se fueron dos puntos, embadurnando así con un buen pegote un expediente que hasta entonces estaba siendo impoluto. El mejor como visitante en los últimos dos años tan rácanos a domicilio.

Ayer fue el primer día de clase. El debut de una temporada ilusionante. Con la continuidad de Iñaki Alonso ya confirmada, la directiva se centró durante el verano en la renovación de los futbolistas que mejor habían rendido. Solo se escaparon tres jugadores que contaban con la bendición de San Lázaro: Álvaro Lemos, Yacinne y Alcañiz. A su vez, se fueron incorporando al proyecto caras nueva pescadas en aguas vizcaínas y murcianas, dos de los caladeros que mejor conoce el entrenador. La mayoría de ellos con vocación ofensiva, con la misión de corregir la falta de ideas y gol que impidió al equipo alcanzar metas mayores el pasado año.

Pero este domingo el viejo estadio de Las Gaunas volvió a funcionar como un desagüe. Si el año pasado se esfumó el trabajo de un partido en un puñado de minutos, ayer, en menos de una hora, se diluyeron las esperanzas alimentadas durante todo un verano. Menos mal que el sábado hay partido. Y que disfrutaremos de una nueva oportunidad de volver a ilusionarnos con Joaquín, Orbegozo, Goti y compañía.