Un barbanzano de mucha altura

j.m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

DEPORTES

Villar señaló que se muestra satisfecho con la experiencia pese a no conseguir hacer cumbre.
Villar señaló que se muestra satisfecho con la experiencia pese a no conseguir hacer cumbre. cedida< / span>

La expedición del noiés Andrés Villar se quedó a cien metros del Pumasillo

30 jul 2015 . Actualizado a las 05:15 h.

Siempre que puede, coge la mochila y tira hacia arriba. Eso sí, cuanto más empinada sea la cuesta, mejor. Es el caso del alpinista noiés Andrés Villar Murillo, un apasionado de las alturas y de las aventuras entre cordadas y expediciones.

Hace unas semanas, el intrépido aventurero barbanzano regresó de una nueva salida. Incrustado en la expedición Vilcabamba 2015, integrada por deportistas gallegos y asturianos, estuvieron en la cordillera de Los Andes participando en varios proyectos.

Uno de los objetivos del grupo en esta iniciativa era hacer varias cumbres y también buscar restos arqueológicos en altura ya que su proyecto incluía localizar plataformas de sacrificio o zonas de paso como caminos incas, aunque al final no consiguieron su objetivo.

En cuanto a la actividad alpina, la expedición tuvo suerte dispar. Se dividieron en dos grupos. El primero ascendió la torre granítica de más de 5.000 metros conocida como el Pumasillo, donde el equipo desplazado consiguió una dificilísima ruta de escalada en la que permanecieron diez días colgados. Esta montaña nunca había sido ascendida, según Villar Murillo, por lo que la actividad tiene mayor prestigio en el mundo del alpinismo.

El segundo objetivo de la expedición, y en el que participó el noiés, era la ascensión al Nevado Pumasillo, una montaña de gran dificultad, tanto técnica como peligrosa, considerada una de las rutas más difíciles de toda la cordillera andina.

Esta ruta, por su vertiente oeste, solo fue ascendida en tres ocasiones por ingleses, japoneses y una cordada neozelandesa.

Lugares peligrosos

Andrés Villar comentó que este camino tiene varios puntos complicados y muy peligrosos por los que es obligatorio pasar. «Esto supone la necesidad de superar estos lugares con rapidez ya que del glaciar superior está en constante movimiento y una avalancha puede aparecer de improvisto en cualquier momento».

El deportista noiés señaló que su grupo pudo superar con éxito los tramos más difíciles pero las descomunales grietas y los «serack que permanecen inestables y pendientes de un hilo encima de nuestras cabezas, impidieron alcanzar la cumbre de esta bonita montaña, a pesar de haber intentado superar las grietas por varios lugares diferentes. Finalmente no lo conseguimos y tuvimos que retirarnos cuando estábamos tan solo a cien metros de la cima».

A pesar de no conseguir hacer cumbre, el equipo de Andrés Villar realizó una nueva variante de unos 200 metros hasta enlazar con la ruta original y que bautizaron con el nombre de Galicia pues toda la cordada era de la comunidad autónoma.

La expedición a Los Andes, que duró varias semanas, además de las actividades deportivas, también llevó algo de alegría a niños de varias aldeas de la zona a los que les entregaron material deportivo, didáctico y ropa.

El noiés y sus compañeros ya están trabajando en nuevas expediciones. Sin embargo, destacó que no es nada fácil y más aún por los importantes costes que estas actividades acarrean. Andrés Villar agradeció la colaboración de la firma Revolutrion que les ayudó en la expedición realizada al Perú.

Villar Murillo es un apasionado del alpinismo pues su actividad profesional era el rescate de montaña en la que pasó más de veinte años.

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