La salida del túnel tiene fecha: 2031. Hasta entonces habrá que cargar con la pesada carga de Lendoiro, con una gestión que generó 90 millones de euros en impagos a Hacienda y que acumuló otros 36 con los bancos. Sin la posibilidad de negociar con una Hacienda que ya había agotado su capacidad de aplazar pagos y sin credibilidad frente a unos bancos que ampararon su gestión durante años, Lendoiro dejó una sociedad al borde del precipicio, con el mayor concurso del fútbol español y la credibilidad bajo mínimos. Año y medio después, tras abrir el dialogo con la Agencia Tributaria y convencer a los bancos de que algo había cambiado, el Deportivo ha llegado a un acuerdo para pagar su deuda, ya ha abonado dos plazos a Hacienda, ha desenmarañado parte de la madeja clientelar y nepotista urdida alrededor de las empresas satélites y, finalmente, ha conseguido un acuerdo con los bancos que, admitámoslo, firmarían miles de empresas en dificultades. Solo falta que Lendoiro rinda cuentas por la gestión más nefasta y tramposa del fútbol español. Algo en lo que un par de socios sí se han empeñado.
A ver si antes del 2031...