El Ézaro se prepara para revivir el duelo Indurain-Chiappucci

Efe

DEPORTES

JORGE PARRI

«A estas alturas, las cuentas pendientes las puedo tener yo con Indurain y no él conmigo», dijo el italiano

03 jul 2015 . Actualizado a las 22:32 h.

Miguel Indurain y Claudio Chiappucci se han reencontrado este viernes en la localidad coruñesa de Ézaro, donde el sábado disputarán el Gran Fondo Ézaro, una exigente prueba cicloturista que concluirá con el ascenso al Mirador que fue final de etapa de la Vuelta ciclista a España.

Dos décadas después de sus duelos en el Tour de Francia y el Giro, Indurain, que llega en forma tras haber destacado en la Quebrantahuesos hace un par de semanas, y Chiappucci se retarán en una etapa en la que recorrerán 137,2 kilómetros, los dos últimos con rampas que llegan al 29 % de pendiente.

Induráin lucirá el número 1 y Chiappucci, el 1.000, dorsales que han recibido esta tarde al pie del Mirador del Ézaro, en la desembocadura del río Xallas, el único de Europa que termina en una cascada que desemboca en el mar. A la prueba que organiza el exciclista profesional Ezequiel Mosquera se han unido otros clásicos de la bicicleta como Álvaro Pino y Óscar Pereiro.

Miguel Indurain indicó que no tiene «cuentas pendientes con Chiappucci» y apuntó que «la época de competición ya pasó». «A lo largo del año suelo participar en seis o siete eventos de este tipo. El objetivo es promocionar el ciclismo y, al mismo tiempo, seguir disfrutando de la bicicleta, el deporte que nos gusta», sostuvo.

El navarro recordó que ya corrió «bastantes riesgos» en los tiempos en los que fue profesional y sobre la subida al mirador, que tiene una pendiente media de 19,5 %, apuntó que lo normal es que lo afronte con un desarrollo de 32 detrás y 34 de plato. Chiappucci, en cambio, acepta la brega después de que Induraáin le impidiera sumar más triunfos a su carrera profesional: «A estas alturas, las cuentas pendientes las puedo tener yo con Induráin y no él conmigo», dijo.

«Siento que me falta un Tour, un Giro. En aquellos tiempos la contrarreloj decidía mucho y Miguel en ese terreno le sacaba dos minutos al segundo, y en la montaña se defendía bien. No habíamos vuelto a coincidir en un evento ciclista desde que nos retiramos, así que tengo que ver el nivel de adrenalina de la competición, en qué niveles está tras el paso del tiempo», declaró Chiappucci.

Con sentido del humor, apuntó que ahora se lo toma con más tranquilidad: «Si te encuentras bien tiras para delante, y si no, te relajas, pero siempre que Indurain no vaya por delante». El navarro competirá con su bicicleta, mientras que Chiappucci lo hará con una que le cede Ezequiel Mosquera, algo que el siempre combativo ciclista italiano consideró una «desventaja».