La relación de amor y odio entre Sergio Ramos y Florentino Pérez

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

PHILIPPE DESMAZES | AFP

La renovación del contrato del futbolista reabre las tensiones recurrentes con el presidente que le llevó al Madrid

22 jun 2015 . Actualizado a las 21:33 h.

Es una relación de amor y odio. Florentino Pérez y Sergio Ramos forman una pareja que vive en un constante bucle de discusiones y reconciliaciones. Como ocurre en las más pasionales. La última, sin embargo, amenaza con divorcio. Según varios medios, Ramos empieza a dejar abierta la puerta de salida del Real Madrid porque considera que el club blanco no ha sido rotundo en desmentir que el central haya sido ofrecido a candidatos a la presidencia del Barcelona. Eso y las recurrentes diferencias económicas a la hora de renovar el contrato que expira en el 2017 abren de nuevo heridas entre Ramos y Florentino, una relación que el sevillano llegó a calificar como de padre e hijo.

El futbolista llegó al Real Madrid procedente del Sevilla a través del desembolso de 27 millones de euros por parte de, precisamente, Florentino Pérez, que por aquel entonces, afrontaba su último curso de su primera etapa como presidente del club, convirtiéndose en la única adquisición española de esa era. Recibió el número 4 coincidiendo con la salida de todo un símbolo, el defensor Fernando Hierro, pero desde el primer momento ofreció un excelente rendimiento al equipo, tanto de lateral como de central, demostrando una gran personalidad sobre el terreno de juego. El problema es que al tiempo que mejoraban sus prestaciones, tanto el jugador como su representante (su hermano René), exigieron que se vieran recompensadas en su ficha. Y a Florentino esto no siempre le ha sentado bien. En algunas ocasiones los tiras y aflojas entre ambos se convirtieron en auténticos culebrones de verano o de invierno.

YAMIL LAGE | Afp

A finales del 2013 la cadena SER anunció que el Real Madrid estaba dispuesto a deshacerse del central de Camas a cambio de 65 millones de euros. «Incluso al Barcelona», decían. El motivo: Ramos no se sentía valorado. En algún acto promocional llegaron a evitarse para que las cámaras no recogieran la frialdad entre ambos. Pocos días más tarde, Ramos salió al paso de estas informaciones en las redes sociales asegurando que él siempre saludaba a su presidente. «La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio. ¡Hala Madrid!», escribía en su perfil de Twitter.

La situación se normalizó con una nueva revisión de su contrato. Pero el descontento en el entorno del futbolista con su presidente volvió a salir de nuevo a la luz. El primer día de junio del 2015 lanzó un dardo a Florentino Pérez. Hacía apenas unas horas que acababa de destituir al entrenador Carlo Ancelotti. «Los jugadores no mandamos. Los altos cargos son los que más saben», dijo ante un ejército de periodistas.

Las tensiones entre Ramos y Florentino no han cesado de crecer en los últimos tiempos. Después de la destitución de Carlo Ancelotti, el central sevillano no se anduvo por las ramas y criticó la decisión de la directiva del Madrid.  «No soy el más indicado para hablar de esas decisiones que en mi caso no habrían sido similares, pero para eso están los altos cargos, que son los que más saben de esto», ironizó a su llegada a la concentración de la selección española. Hace un par de semanas Ramos amenazaba con dejar el club en el caso de que no se le firmase una renovación de inmediato con las condiciones que él consideraba oportunas, ya que creía que, en plena madurez futbolística, había llegado el momento de firmar el contrato de su vida. Parece que el órdago no ha arrugado a Florentino Pérez, y según los medios deportivos el central podría poner rumbo a Manchester para jugar en el United de Van Gaal formando parte de la misma operación que acabaría con David de Gea defendiendo la portería del Santiago Bernabéu. 

 «Los jugadores que valen pasta también se reflejan con los goles», dijo Sergio tras ser reconocido en diciembre de 2014 como mejor jugador del Mundial de Clubes. Lo ha llevado a la práctica para pedir al club pasar a cobrar de 6 millones de euros anuales a 10. «Con Florentino tengo diferencias, como con mi padre o hermano. Las diferencias son cosas personales, que quedan en casa. Pero no olvido quién me fichó. Si fuese por mí, me retiraría aquí», dijo en su momento Sergio Ramos sobre esta relación de amor y odio que ahora amenaza con romperse definitivamente.