Consumado el trámite vallisoletano con solvencia, vuelve la calma y la euforia a girar entorno al Breogán. El hipotético y apasionante quinto partido quedó en amenaza y ahora se prepara con calma la serie contra los vecinos de Ourense. Dos ex ACB a un paso de salir del pozo de la LEB. Tras una liga regular de total igualdad entre ambos, con una victoria para cada uno en los enfrentamientos directos, sigo opinando que la plantilla del Breogán es mejor, más larga y con más soluciones en el banquillo. En Ourense, sin embargo, todo es transparente: arreglos para todo con Pedro Rivero, mortal en los finales igualados; un émulo de Llorca con Salva Arco; y dentro, Guille Rejón para pegarse con un abusón Mc Ghee. Ambiente de baloncesto a lo grande, que ya se echaba de menos. ¿Tendrá que llorar el Breogán haber perdido el factor cancha en un final de liga lamentable?
La serie puede servir para darle un vuelco al panorama del baloncesto gallego, desde hace años con un total protagonismo de Santiago y su Obradoiro, actor principal y único con la apasionada colaboración de la TVG, como si Oar, COB y Breogán fuesen meros comparsas, en lugar de los auténticos protagonistas del básquet de esta comunidad.