Directivos de 42 equipos analizarán en Madrid la respuesta al desplante del presidente de la FEF
30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Ángel María Villar ha conseguido romper la cuerda que unía a la Federación Española de Fútbol con los clubes profesionales. Lo ha hecho posible gracias a un largo ejercicio de dejadez de funciones, evitando exponerse a las críticas de la Liga y el CSD, y saboteando de paso la toma de decisiones en áreas tan importantes como la de la lucha contra la violencia en el fútbol.
Por todo ello, está previsto que los equipos de Primera y Segunda plasmen hoy su reacción ante la incomprensible actuación del dirigente. Ocurrirá en una asamblea extraordinaria fijada para las 16 horas y para la que han sido convocados representantes de 41 clubes (el filial del Barça milita en la categoría de plata). La cita tiene un único punto en el orden del día: establecer la respuesta conjunta ante el último desplante de Villar, que el pasado jueves decidió no acudir a un encuentro en el que se debía haber tratado el reparto de los derechos de televisión que genera la competición liguera.
Con esta maniobra, el responsable federativo quiso hacer patente su rechazo a lo establecido en dos aspectos vinculados a la gestión económica. El primero, es el referente a los resultados de una auditoría ordenada por el Consejo Superior de Deportes en la que se descubrió que la federación no había justificado convenientemente el gasto de ocho millones de euros que debían haber sido destinados a la creación de nuevos campos de fútbol. Tras el dictamen, se ordenó devolver la citada cantidad. Además, tampoco está de acuerdo Villar en la cantidad que percibe el ente que preside en el reparto de los derechos televisivos. Su intención es duplicar el 2% que actualmente le corresponde.
Considera que torpedeando las negociaciones puede lograr una mayor atención y que finalmente se acabe cediendo a sus pretensiones, desistiendo en la solicitud de reembolso y alcanzando el 4% en el reparto.
De paso, anhela descabalgar del cargo a su enemigo Javier Tebas, para situar a alguien más afín al frente de la Liga y formar de esta manera un frente común contra el Gobierno. Las críticas surgidas en ciertos sectores ante los métodos para combatir la violencia en el deporte alimentan la ambición de Villar, que ve posible minar desde ese flanco la figura del presidente de la LFP. De ahí que hasta la fecha haya evitado inmiscuirse en la batalla contra los ultras.
La próxima asamblea dejará más claro con qué apoyos cuenta cada una de las partes y servirá también para empezar a definir un asunto de vital importancia para varios equipos, como es el del pago por las retransmisiones de los partidos. «Nos estamos jugando 300 millones de euros para el fútbol español y no voy a permitir que se falte al respeto a muchos clubes que necesitan ese dinero para sobrevivir», afirmó Tebas tras la fracasada cita del pasado jueves. Esta tarde las cartas quedarán boca arriba.