El portugués se cabreó por no marcar el primer tanto y luego festejó el que desvió el galés a tiro suyo
15 mar 2015 . Actualizado a las 23:14 h.El carácter competitivo e insaciable de Cristiano Ronaldo volvió a quedar de manifiesto ante el Levante (2-0). El portugués del Real Madrid no pudo ocultar un gesto de disgusto, o al menos de escasa alegrría con los dos primeros goles de su equipo ante el Levante, marcados por Gareth Bale. En plena carrera por el pichichi, a Cristiano Ronaldo no pareció importarle que el galés rompiese su racha de partidos sin marcar que le habían puesto en el punto de mira de un sector de la afición del Madrid. Cuando Bale hizo el primer gol al Levante, el delantero luso no fingió su cabreo por no poder haber marcado él mismo en primera instancia. Intetnó una chilena, el remate salió defectuoso y desde el suelo maldijo su suerte. Poco lo importó que la jugada continuase en área pequeña y Bale batiese a Mariño. Cristiano levantó el brazo en disgusto al mismo tiempo que la grada festejaba el gol.
La situación llegó al absurdo en el siguiente gol, pocos minutos después. En el saque rápido de una falta realizado por Luka Modric, Carvajal encontró un boquete por su banda y puso el balón atrás, dentro del área, para encontrar a Cristiano (que llegó a escuchar pitos de nuevo del Bernabéu por su actitud en el césped). El remate seco y raso del portugués parecía irse fuera y Bale rozó lo suficiente para embocarlo a portería. Tanto el galés como Ronaldo levantaron el brazo para celebrar, apuntándose el tanto.
Los compañeros dedicaron carantoñas a ambos, con Cristiano de nuevo regateando la sonrisa ante la sospecha de que el gol caería en el zurrón de Bale. La pelea por el pichichi, en la que Messi le ha adelantado después de remontar la desventaja acumulada en la primera vuelta del campeonato, ha puesto en alerta goleadora a Cristiano Ronaldo, que no es capaz de alcanzar las espectaculares cifras realizadoras con las que abrumó en la primera mitad de la Liga. Lo intentó ante el Levante con varios remates francos, pero se fue a casa de vacío.