Cerezo, el perejil de todas las salsas

Fernando Hidalgo Urizar
fernando Hidalgo REDACCIÓN

DEPORTES

Chema Moya | Efe

El presidente del Atlético impulsa una reunión secreta entre su amigo Villar y Cardenal

01 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de meses sin hablar cara a cara, con Villar sacando los tanques a la calle, el secretario de Estado para el Deporte y el presidente de la Federación Española de Fútbol estuvieron frente a frente en una reunión impulsada por el presidente del Atlético de Madrid Enrique Cerezo.

Según Marca, la citada reunión tuvo lugar el jueves. La misma, se ha llevado hasta el momento con la máxima discreción, tanto desde el lado de la Federación como de parte del Gobierno, y el contenido no ha trascendido. No se sabe si se han dado pasos hacia la pacificación de la guerra desatada por Villar para evitar ser auditado y tener que devolver ocho millones de euros por no justificar los gastos realizados en la construcción de campos de fútbol; o bien todo continúa igual.

Aunque algunos interpretan la reunión como una voluntad de limar asperezas y alcanzar acuerdos, la realidad es que hay cuestiones en las que Cardenal no puede mover más ficha que la de la legalidad. En este sentido, Villar tiene difícil conseguir sus objetivos, salvo que durante la reunión se hablara también de otras cuestiones ajenas a la devolución de subvenciones y aclaración de las cuentas. No hay que olvidar ahora que Villar se ha metido de lleno en la lucha por llevarse una porción del pastel de los derechos de televisión. Y que ahí el Gobierno también tiene mucho que decir.

En cualquier caso, tan llamativo como la reunión, es el hecho de que, una vez más, aparezca la figura de Enrique Cerezo, al que algunos ya consideran el perejil de todas las salsas. Al presidente del Atlético de Madrid le une una gran relación con Ángel María Villar. Hasta el punto que no hace demasiado trascendió un hecho insólito, que la Real Federación Española de Fútbol concedió préstamos al club colchonero por un montante de alrededor de once millones de euros a cuenta de los pagos de la UEFA por la participación del equipo en competición europea. Según informó el diario As en su día, en la página 22 de las cuentas depositadas por la RFEF en el Registro Mercantil de Madrid figura el apunte contable por el que el organismo adelantó tres millones y medio de euros en el 2012 y otros siete millones y medio en el 2013. La auditora de las cuentas federativas advirtió que esta financiación no era una práctica correcta. La consecuencia de esta advertencia es que la praxis no se atiene a las normas y la RFEF deberá cesar con este instrumento de financiación. Se comprobará si ha sido así o no en las próximas cuentas anuales del ente federativo.

Tan significativo como el hecho en sí de que la Federación preste dinero a los clubes, lo es que solo se lo preste a uno, precisamente al de Cerezo. Hubo más créditos otorgados, en este caso a Federaciones Territoriales amigas, en lo que fue otra irregularidad contable, dado que no se acreditó ni una sola de las condiciones en las que se entregaban los préstamos.

Otras veces

También llama la atención que no es la primera vez que Enrique Cerezo media en un conflicto con Villar por el medio. Ya en la anterior guerra del eterno presidente de la Federación contra el Gobierno de España, en el 2008, Cerezo terció ante Lissavetzky. Una guerra en la que claramente se impuso el dirigente federativo, pero que el presidente colchonero ayudó a vestir el final del conflicto como un pacto sin vencedores ni vencidos. Las buenas relaciones de Cerezo le han valido de mucho. Según comentan algunos dirigentes del fútbol profesional español, solo así se entiende el consentimiento que en su día hubo con el Atlético de Madrid desde Hacienda. No hay que olvidar que llegó a acumular una brutal deuda de unos 240 millones de euros. Tampoco parece muy explicable que se haya pasado de puntillas por el hecho de que la Justicia le hubiera considerado cooperador necesario de un delito de apropiación indebida (se consideró probado que los Gil se hicieron con las acciones del club con una operación ficticia en la que no desembolsaron dinero alguno), aunque finalmente el Supremo consideró prescrito su delito.