Mouriz activó el dispositivo de emergencia de los fichajes y apuró hasta tres adquisiciones poco antes del límite del cierre del mercado invernal. Bajo el brazo, una terna de jugadores, Seoane, Toni y el tapado, el ariete argentino, Pablo Caballero. Nadie logró desvelarle anticipadamente el secreto al director deportivo, que compareció con Toni y Caballero al unísono en el Anxo Carro. El Lugo daba por cerrado así el capítulo de los fichajes invernales, presionado por una parte por el plazo y también por la amenazadora situación del equipo en la clasificación. El viaje a Pucela tampoco resulta muy atractivo a priori, a la vista del excelente momento del Valladolid y, por otra, sus refuerzos, con Jonathan Pereira a la cabeza, autor de un hat trick en Mallorca. La frustración de Mouriz era palpable ayer por la tarde, porque se le había esfumado otro fichaje sorpresa de última hora, de un acreditado futbolista con muchas horas de vuelo en Primera. Pero 600.000 euros de una prima exigida por el club propietario al Lugo fueron un muro infranqueable para el éxito de la operación.
El Lugo ha realizado a priori tres fichajes con vitola de refuerzos. Es decir, deben mejorar lo que ya había. Diego Seoane mejora las prestaciones ofensivas del lateral derecho e, incluso, si fuere menester, del izquierdo. Toni amplía esas mismas prestaciones en todo el frente del ataque, con una gran trayectoria en Celta y Huesca. Por último, el killer Pablo Caballero, procedente de Ferrocarril Oeste, maneja como pocos el remate de cabeza con su estatura de 1,91, donde el equipo lucense sufre unas carencias básicas para el remate por arriba a balón parado, sobre todo. Por abajo, el equipo de Setién tiene soluciones con Aganzo, Lolo Plá y Luis Fernández. No así en la estrategia, capítulo cada vez más decisivo en los resultados de una Liga muy competitiva e igualada, donde dominar el remate aéreo puede ser determinante. Ni Toni ni Caballero recibirán el tránsfer a tiempo de jugar en Pucela. Pero para regresar de allí con un resultado favorable hay que realizar un partido racial, intenso y de alta concentración, minimizar los fallos en la salida del balón y juntar mucho las líneas.