Un pegador en el camino de Nadal

Paulo Alonso Lois
P. ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

ATHIT PERAWONGMETHA | Reuters

El español supera a Anderson con fiabilidad y encara a Berdych, un rival ofensivo que le amargó el inicio de su carrera y al que ahora suele someter

27 ene 2015 . Actualizado a las 04:46 h.

Rafa Nadal ya está en cuartos de final del Open de Australia, a solo tres triunfos del título. El español convierte lo difícil en posible. Ayer avanzó con fiabilidad al derrotar al sudafricano Kevin Anderson por 7-5, 6-1 y 6-4. Mañana jugará en la penúltima ronda ante el checo Tomas Berdych, que superó al australiano Bernard Tomic por 6-2, 7-6 (3) y 6-2. Nadal derrotó a Berdych en los últimos 17 partidos, un dato algo engañoso, y que encierra una historia detrás. Porque encara a un pegador, a un rival alto y ofensivo, del corte de los que cree que dominarán el futuro del tenis. Un oponente que le amargaba en los primeros años de su carrera, cuando le derrotó en sus tres primeros encuentros en pista dura -Cincinnati 2006, Toronto 2006 y Madrid 2006, cuando aún era un torneo indoor de cemento-. Luego, su análisis cerebral para leer los partidos le permitió encontrar la fórmula para hacer frente al checo, al que ahora somete de forma inmisericorde, como hizo hasta en la final de Wimbledon 2010. «Estar en los cuartos de final tras un período duro para mí es un fantástico resultado», resume Nadal, que había fijado el partido contra Anderson, el decimoquinto jugador mundial, como un termómetro para calibrar sus posibilidades. Y de la reválida sale reforzado, casi como si no hubiese pasado esos seis meses envuelto en problemas físicos, huérfano de victorias que alimenten su confianza. Solventó Nadal el partido pese a verse en situaciones delicadas. Y mostró una cara muy reconocible, anticipo de la que necesita ahora para encarar las tres últimas rondas. Para el español, el partido cambió con 5-4, cuando abandonó su idea de restar desde una posición adelantada, un riesgo que no le estaba funcionando, para tratar de devolver al menos algún servicio desde lugares más conservadores. «Hasta ese momento, sabía que Anderson estaba siendo mejor que yo, pero me estaba sintiendo mucho más cómodo que los días anteriores en la pista. Intentaba atacar cuando podía y defender cuando tocaba. Mis movimientos defensivos eran mucho más dinámicos que los otros días», razona el mallorquín. En cuartos, confía en tomar la iniciativa o, al menos, evitar un rival cómodo. «Lo que no puedo hacer contra Berdych es que él empiece masacrando en la primera bola. Debo intentar que tenga que asumir algún riesgo cuando ataque, por eso es importante restar un poco rápido y largo», razonó Nadal. Asume que su plan contra el checo viene funcionando bien, pues le derrotó las últimas 17 veces, pero matiza que la clave es la puesta en práctica. «Los patrones existen cuando uno es capaz de jugar a gran nivel, nada más. Uno sabe lo que tiene que hacer, pero la ejecución es complicada, es una historia distinta, él lo sabe y yo también», indicó.