Kleber admira a Nowitzki pero quiere seguir su propio camino

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

SANDRA ALONSO

El pívot del Obradoiro, que se confiesa encantado en la ciudad y en el equipo, apuesta por la defensa como pilar básico en cada partido

08 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

De una localidad pequeña, de tradición universitaria y con mucha historia, a otra. Por ese lado, Maxi Kleber, no ha notado mucho el cambio de Würzburg a Compostela, porque «las dos son ciudades parecidas, aunque aquí el casco viejo es más grande». Se confiesa feliz en su nuevo destino, del que le gustan especialmente «las calles pequeñas y los restaurantes», también sus gentes, «muy amables. Cada vez que me ven por las calles, me dan ánimos», añade. Y disfruta sobremanera de la afición de Sar, especialmente en partidos como el del Barça: «Tiraron del equipo todo el tiempo, fue increíble. Me gusta mucho como cantan antes de cada encuentro».

Entre el entorno agradable y la pasión que observa por el baloncesto, la adaptación del pívot alemán al Obradoiro, en su primera experiencia lejos de casa, avanza por buen camino. Y contiendas como la del Barça, con mención especial para su último cuarto, así lo acreditan, si bien él prefiere repartir los méritos: «Fue uno de mis mejores partidos, sí, pero lo importante es que fue un gran partido de todos. Al acabar estábamos muy felices».

Sin bromas con Pleiss

Aprovechó la coyuntura para intercambiar impresiones con su compatriota Tibor Pleiss, pero no para hacer bromas: «Creo que no era el momento oportuno».

En esa última cita del año 2014 Kleber sacó brillo a todo su repertorio: anotó desde detrás de la línea de 6,75 metros y también cerca del aro, echó por personales a Doellman, hizo daño en el poste bajo y reboteó. Con esa colección de etiquetas se le pregunta por la comparación con Dirk Nowitzki, y no le disgusta, pero prefiere enfriar la euforia. Al fin y al cabo, uno está empezando en el baloncesto profesional y el otro lleva ya infinidad de batallas y éxitos a sus espaldas.

En cualquier caso, no rehúye el debate: «No hablaría de comparación. No hay más que ver los números de Nowitzki, que acaba de convertirse en el séptimo mejor anotador de la historia en la NBA. Es increíble lo que hace. No quiero compararme con él, quiero seguir mi camino como Maxi Kleber. Todo lo que ha conseguido es impresionante, es un jugador especial. Tenemos estilos de juego diferentes». Con el paso de las jornadas, da la impresión de que Kleber trata de jugar cada vez más cerca del aro. El pívot, no obstante, apunta que eso es algo que depende «de como juegue el rival», de tratar de aprovechar las ventajas.

El baloncesto del Alquimista

Es algo muy relacionado con el tipo de baloncesto que propugna Moncho Fernández, «muy diferente» al que estaba acostumbrado Kleber en Alemania. «La gran virtud que debe tener el jugador -comenta el pívot- es saber pensar qué debe hacer en cada momento, porque hay diferentes maneras de correr, de hacer las ayudas, etcétera. Hay que elegir la opción correcta. Es un baloncesto más difícil que el que conocía. Exige una gran concentración. Me gusta».

Esta semana tiene ya puesta toda la atención en el próximo rival, el Andorra. Y para él, que es nuevo en la Liga Endesa, cada adversario es un gran desconocido del que debe ir recabando información durante la semana. No obstante, hay un jugador del que no precisa muchas referencias: «A Jawai sí que lo conozco. Lo importante es la defensa de todo el equipo, no sobre un jugador en concreto. Pero no será fácil pararlo, sobre todo para los que, como yo, somos más delgados».

De lo que no tiene duda Kleber es de que la defensa es el mejor termómetro para medir las opciones del Obradoiro: «Moncho nos hace ver que tenemos que jugar muy duros atrás y empezar muy fuertes los partidos. Todas las semanas trabajamos mucho la defensa. Quiere que sea un pilar básico, porque cuando coges confianza en defensa es más fácil cogerla también en ataque».