Abre el año en Riazor contra el Athletic mientras aspira a un impulso para alejarse del descenso
03 ene 2015 . Actualizado a las 15:56 h.Le cuesta encontrar momentos de tranquilidad a este Dépor, enfrentado a desafíos continuos antes que a oportunidades de ver un pasito más cerca el objetivo de la permanencia. Ni siquiera durante aquella racha de partidos sin apenas goles encajados encontró respiro, pues tampoco los marcaba. Y cuando por fin llegó la victoria sufrida contra el Elche, dos nuevas bofetadas (una en Copa, es cierto) volvieron a zarandearlo en pleno sueño, demudarle el rostro para las vacaciones y situarlo frente a un nuevo Mihura en este arranque de año.
Tras el varapalo y la paupérrima imagen de Villarreal cerró diciembre fuera de puestos de descenso, aunque igualado a puntos con el Granada, antepenúltimo clasificado, y ahora retoma la competición con el arsenal de ataque prácticamente intacto (solo faltará el lesionado Lucas) y la meta de enlazar dos victorias consecutivas en casa mientras convierte Riazor en su granero de puntos del 2015.
Si el reencuentro con el gol sigue perfilándose como la prioridad para los coruñeses, contra un adversario de Champions, el equilibrio se revela fundamental. Solo parece decidida la defensa. Las ausencias de los dos principales estiletes del Athletic, Aduriz y Muniain, se ven compensadas en el bando local por la baja por sanción de Sidnei, quizá el defensa más destacado en el primer tramo de temporada. Insua se revela como su sustituto natural y formará al lado de Lopo en el centro, mientras Juanfran y Luisinho se mantendrán en los laterales.
Las posibilidades parecen infinitas de mediocampo hacia delante, pues Víctor Fernández dispone de un buen puñado de mimbres. El primer cambio significativo señalaría la sala de máquinas. Bergantiños y Domínguez llevaron la batuta en El Madrigal, pero tras el último entrenamiento de la semana se intuye que podrían ser sustituidos por Wilk y Medunjanin, suplentes entonces.
Posibilidades
Por delante aparecen seis futbolistas para cuatro puestos. No se descarta que el entrenador se liase la manta a la cabeza y apostase de inicio por un equipo de talante ofensivo, con Cuenca por la derecha, Fariña como mediapunta, Cavaleiro a la izquierda y Postiga o Toché como referencia. Sin embargo, el rendimiento de José Rodríguez (especialmente en Riazor) le concede posibilidades de mantener su puesto en la banda y enviar a Cuenca o a Cavaleiro al banquillo, con más posibilidades para el portugués de sostenerse en el once gracias a su ingente trabajo de desgaste.
El Athletic, al margen de las ausencias ya citadas, se revela como el ejemplo a imitar por parte de los coruñeses. Tras un mal arranque de Liga, levantó el vuelo y otea la batalla por la permanencia desde la mitad de la tabla gracias a un mejor balance defensivo y al talento de sus futbolistas de ataque. Duro y competitivo, como todos los equipos de San Mamés, pero también con buen gusto por el balón, llega a Riazor después de no ganar en las tres últimas jornadas (cayó en casa contra el Córdoba y el Atlético de Madrid, al tiempo que empató el derbi con la Real), aunque es cierto que no pierde en Liga a domicilio desde que el Madrid lo goleó en el Bernabéu en octubre.