Villar, el único que no quiere echar a los violentos del fútbol

Xosé R. Castro

DEPORTES

02 ene 2015 . Actualizado a las 15:14 h.

Villar va por libre. El presidente de la RFEF es el único que ha desoído un clamor para convertir el fútbol en un maravilloso deporte, sin más. O, por lo menos, es lo que se puede llegar a pensar de su actitud en este asunto.

Pero en su prepotencia, el mandamás del fútbol español, aferrado a su poltrona, incluso ha aprovechado la reunión convocada a destiempo, para jactarse de que muchas de las medidas que habían acordado los demás estamentos implicados ya estaban recogidas en la normativa. Entonces, ¿por qué no se preocupó más de que se pusieran en práctica en su día para evitar así hechos que marcan un deporte como los acontecidos en Madrid Río?

No contento con eso, el hombre que vive del fútbol y se subió el sueldo un 18 % en plena crisis, hasta se permitió criticar a quienes se habían reunido con celeridad. Como si la paz en el fútbol pudiera esperar a que quien lleva controlando el balompié en España desde 1988 regresase de Marruecos de su gira con la FIFA con motivo del Mundialito.

Con siete reelecciones encima, Villar se cree el rey del planeta del balón. Le ha faltado oposición durante estas casi tres décadas para debatir sus decisiones, o al menos una voz crítica que le hiciese recargar las pilas.

O quizá un asesor de verdad que le dijese que, en tiempos de crisis y corrupción, un presidente de la federación deportiva más importante no puede ir a visitar al condenado Del Nido a la cárcel. Y mucho menos justificarlo diciendo que era de su familia.

Cuestiones así explican el plantón de Ángel María Villar al CSD y a la LFP y el ninguneo sistemático a todas las decisiones y acciones de Miguel Cardenal y de Javier Tebas. Prefiere atender sus fincas a desaprovechar la oportunidad de acabar con la principal lacra del fútbol. En todo este sainete solo le faltó ir de la mano de Lendoiro en las exequias del ultra del Deportivo fallecido en la reyerta.