Santi Valladares dice que el Santiago Futsal supo aprovechar la ansiedad de los jugadores del Peñíscola
DEPORTES
El Santiago Futsal parece volver a la normalidad. El conjunto que prepara Santi Valladares firmó en la pista del Peñíscola (3-5) su segunda victoria consecutiva, después de haber superado también en el pabellón municipal de Santa Isabel al Burela. El conjunto compostelano le complicó la vida al Peñíscola, que ocupa la octava posición y sigue con grandes opciones de clasificarse para la Copa de España al caer también este fin de semana el Burela, que es noveno, ante el Ribera Navarra.
Para Valladares, el triunfo en Peñíscola es «muy importante» debido, sobre todo, a la situación del equipo. «El Santiago Futsal tiene gente muy joven y dadas las actuales circunstancias del club hace que para nosotros cada partido sea el último». Sobre la gran actuación del portero Iker, también figura en el derbi ante el Burela, el entrenador del cinco compostelano entiende que «estuvo muy bien, pero los porteros están para eso, para parar balones».
Mucho daño
El técnico, además, explica que el equipo salió «con la intención de llevarle la contraria al rival». Lo hizo con la idea de «apretar desde el primer instante, defender bien atrás para salir a la contra y aprovechar las oportunidades». Por eso, «así llegaron los dos primeros goles que le hicieron mucho daño al Peñíscola».
Valladares también reconoce que «con el 0-2 vi ansiedad en los jugadores rivales y eso nos permitió ir siempre por delante en el marcador. Cierto es que tuvimos un alto porcentaje de efectividad, cosa que en otros partidos no logramos. Creo que les hizo mucho daño el momento en que fuimos marcando los goles, sobre todo el 3-5, que ya les rompió».
Por su parte, el entrenador local, Carlos Sánchez, señala que el Santiago hizo «un buen trabajo» y reconoce que la derrota fue «un duro golpe» para los suyos. «Tuvimos una semana de mucha alegría al saber que si ganábamos prácticamente nos clasificábamos para la Copa de España. Al inicio de la temporada era un sueño y esa ansiedad no nos dejó jugar bien».