¿Quién ganaría si metemos en un ring a un boxeador y a un karateca?

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Las Artes Marciales Mixtas aterrizan en Madrid con una espectacular velada

28 nov 2014 . Actualizado a las 15:02 h.

Puñetazos, patadas, golpes con la rodilla, agarrones y llaves: las Artes Marciales Mixtas (MMA) juntan en un ring octogonal a dos luchadores totales, dos atletas que combinan todo tipo de técnicas para superar al rival en una violenta batalla sin tregua.

«Es la combinación de karate, boxeo, kickboxing, vale tudo, lucha libre, jiu jitsu... es el combate total», señaló a dpa el español Rafael Gómez Clares, uno de los responsables de que las MMA aterricen mañana en Madrid.

«¿Quién ganaría si metemos en un ring a un boxeador y a un karateca? Las MMA son la respuesta a esa pregunta», añadió el promotor de Ansgar Fighting League, la organizadora de la velada en la que participarán grandes nombres internacionales.

En una pelea de MMA, una versión moderna del brutal «pankration» de los Juegos Olímpicos en la antigua Grecia, hay que ser rápido con los puños, con las piernas, ágil en el suelo, en el aire, y fuerte, tanto física como mentalmente. Un segundo de desconcentración puede cambiarlo todo.

«El peor golpe me lo dieron hace cuatro meses», contó a dpa Abner Lloveras, cabeza de cartel del evento que se celebrará en la localidad de Fuenlabrada, a escasos kilómetros de la capital española.

Lloveras, con varios títulos en competiciones internacionales a sus 32 años, aún sufre las duras consecuencias del intenso combate de hace cuatro meses en Barcelona. «Era un francés que tenía cara de niño bueno. Vi su récord y tenía ocho peleas ganadas, seis por KO de puño. 'Tiene que pegar fuerte', pensé. Y me dio aquí», dijo señalándose la parte derecha de su cara, entre la boca y la nariz.

«Todavía respiro mal y todavía tengo los dientes dormidos. Tengo la sensibilidad de los dientes rara. No tenía brazos de culturista, pero su brazo era un látigo que iba a la velocidad de un rayo», añadió Lloveras, una eminencia de las artes marciales en España.

Mañana, entre las redes del octógono, habrá 12 combates, con una nutrida participación internacional. Cada pelea está compuesta por tres asaltos de cinco minutos cada uno, aunque lo normal es que los combates sean fugaces.

A diferencia del boxeo, en las MMA es cuestión de segundos ver a los dos luchadores enzarzados en una ráfaga de violentos puñetazos y patadas.

Cada luchador entra al ring con un pantalón corto, un protector de la zona pélvica, unos guantes especiales para cubrir los nudillos y un protector bucal.

Está permitido casi cualquier golpe, a excepción de los codazos y cabezazos, así como los rodillazos dirigidos a la cabeza del rival.

Tampoco se podrá golpear con la mano abierta, morder, arañar o agarrar del pelo. Pero un luchador sí puede estrangular al rival y asfixiarlo. Los combates concluyen por KO, KO técnico, decisión de los árbitros o rendición. Y casi todos con sangre en la lona.

«Hay violencia», señaló Lloveras, cuyo rostro refleja la dureza de las peleas. Tiene el tabique nasal hundido hacia adentro, al contrario que sus salientes pómulos. En sus 25 peleas de MMA (17 victorias, siete derrotas y un empate) recibió incontables golpes.

Cualquiera de esos puñetazos a tal velocidad mandaría a una persona normal directa al hospital. Pero para los luchadores MMA es la rutina.

«Cuando estás caliente y el cuerpo está lleno de adrenalina, en medio de un combate, hay golpes que no notas. Yo recuerdo que me rompí el tobillo de una patada en Estados Unidos, era el tercer asalto y no me di cuenta hasta el final. Y el tobillo destrozado», recordó Lloveras.

Para el evento, que será retransmitido en streaming a más de 190 países, los luchadores llevan preparándose varios meses. Entrenan un mínimo de cuatro horas diarias y hacen una dieta específica varias semanas antes. Un enorme sacrificio para una frenética pelea que quizá no dure ni solo un minuto.