«El Mundial fue una masacre»

Antonio Garrido Viñas
Antonio Garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTES

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La vilagarciana Cristina González resalta la dureza de la prueba de los cien kilómetros de Catar

25 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cristina González ya está en su domicilio de Murcia. Llegó en la noche del domingo tras un viaje largo que tuvo de todo: dos aviones, un par de líneas de metro y cuatro horas de tren como guinda. Ahora toca reponerse del esfuerzo y saborear su estreno mundialista en la prueba de los cien kilómetros. La vilagarciana comenzará ya probablemente hoy a trotar para que su cuerpo vaya recobrando poco a poco la normalidad. Algo de piscina también ayuda. «Se trata de recuperar a través del movimiento pero no del esfuerzo», resume.

Problemas gástricos

Las sensaciones de Cristina no fueron nada buenas durante la prueba. Prácticamente desde el principio tuvo problemas, sobre todo gástricos, algo que la atleta achaca a la extraordinaria humedad que presidió la carrera. «Fue una masacre», resume la vilagarciana, que recuerda que al inicio de la competición había un importante número de atletas pero que a mitad de prueba «ya íbamos prácticamente solos». Los abandonos fueron continuos. En la selección española solo consiguieron concluir la propia Cristina y Requejo, que logró la medalla de bronce. La vilagarciana aporta un dato clarificador. «El campeón del mundo del año pasado, que tiene un marca de 6 horas y media, llegó a meta solo ocho minutos antes que yo».

«Me pasó de todo pero me dije que había que acabar como fuera», recuerda. La prueba, en la que concluyó en el puesto 26.º, le ha valido para adquirir experiencia para futuros Mundiales. Por ello, la vilagarciana ya tiene marcado en rojo en su calendario el Campeonato de España que se celebrará el día 15 de marzo en Madrid. Una composición que será clave para decidir la participación para la próxima prueba universal.

La prohibición de la organización del Campeonato del Mundo de que Cristina utilizara el uniforme que la federación española le había entregado, con top y braguita, obligó a improvisar. La arousana compitió con la camiseta y el pantalón de un compañero, tal y como se ve en la imagen. «El pantalón me caía aunque lo atara por completo», recuerda. Ella le quita trascendencia a lo sucedido. «El único problema fue que no nos avisaron y nos encontramos allí con el lío», dice.