La Real Sociedad confía en David Moyes para reflotar al equipo

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

© Phil Noble | Reuters

El técnico escocés, con contrato hasta junio del 2016, dirigirá a los vascos en Riazor

12 nov 2014 . Actualizado a las 00:36 h.

Conservador, de férrea moral católica, David Moyes (Bearsden, Escocia, 1963) tardó en caer. Tres lustros esperó antes de dar el sí al United. Y se arrepentirá el resto de sus días.

Los diez meses que pasó en el banquillo de Old Trafford fueron tan duros para él como para el conjunto de Mánchester. Pero los grandes clubes tienden a levantarse, y abundan técnicos en las cunetas. La de la Real es la primera mano amiga que encuentra Moyes en el camino, aunque este no pase ya por la Premier, donde la legión de fans de su último equipo no pierde ocasión de humillarle.

«No me dieron el tiempo necesario», se defiende el nuevo entrenador donostiarra cuando habla de su único despido. La paciencia del United debió esfumarse en el tiempo que se tomó el míster para llegar de la escuela de entrenadores a la casa de Ferguson. Cuando Moyes todavía estudiaba para sacarse el título, su profesor Paul McGuinnes, director de la academia de los diablos rojos, le ofreció trabajar a las órdenes de Ferguson. El todavía central del modesto Preston rechazó la propuesta. Tenía otra del equipo en el que militaba para alternar césped y banquillo.

Allí inició una larga carrera de fidelidad a dos colores: el blanco de uno de los fundadores de la liga inglesa (entrenó en Preston cuatro temporadas tras haber jugado seis), y el azul del Everton, al que dirigió durante once campañas de bastante éxito antes de recibir la llamada de Fergie.

-Me retiro.

-¿Cuándo?

-La próxima semana. Y tú vas a ser entrenador del United.

La breve ceremonia sucesoria entre compatriotas, escenificada en casa del relevado y rememorada así por el nuevo, se transformó enseguida en un regalo envenenado.

Récords negativos

Acostumbrado a armar sus plantillas, estudiando cada adquisición al detalle, Moyes fue viendo cómo se esfumaban nombres de su lista de deseos -Cesc, Cristiano, Bale...- para firmar a última hora al belga Fellaini por 33 millones de euros.

Cerrado el mercado estival, el nuevo técnico comenzó a batir récords. Todos negativos. Una racha de derrotas con precedentes muy lejanos mordazmente recogida en la web www.davidmoyesfootballgenius.co.uk. Para cuando el míster escribió su carta pública a la afición (el 6 de marzo de este mismo año), asegurando que el cuerpo técnico y el plantel estaban «desesperados» por compensar a los fans, la directiva de los diablos rojos ya tenía decidido rescindir el contrato al relevo del viejo Ferguson -al que habían disfrutado (y aguantado) en Mánchester durante 27 cursos-.

Desapareció de la grada de Old Trafford la pancarta con la leyenda «The chosen one» (el elegido) acompañando a la cara del entrenador destituido. Renegó de él hasta su padrino. «No es mi culpa. Creo que no se había dado cuenta de la grandeza del United», regateó su predecesor.

También hizo leña alguno de sus ya exjugadores. Ferdinand se despachó a gusto en su biografía: «Lo suyo fue una acumulación de errores. Nos fue perdiendo poco a poco». «Sembró negatividad y confusión», acusó el central, que no se reprimió al entrar en detalles. Moyes había cometido el sacrilegio de prohibir a sus futbolistas las patatas fritas en la previa de los partidos -Juande Ramos ya pagó caro su intento de cambiar la dieta del Tottenham- y de obligar a dar solo dos toques a la bola en los partidillos de los viernes.

Otras faltas recogidas por el hoy defensa del Queens Park Rangers retratan mejor la propuesta deportiva del técnico, extremadamente exigente en el terreno físico. -«Hubo encuentros en los que algunos jugadores dieron más balonazos que nunca antes en sus carreras» o «Contra el Fulham colgamos 81 balones al área ¿Para qué? Carroll (delantero de gran estatura) no jugaba en nuestro equipo»-.

Ambos datos figuran en la lista de chistes sobre el escocés que plagan las redes sociales (tiene una cuenta falsa de Twitter en la que anteayer pedía perdón a los aficionados de la Real). Hay también uno que recuerda que «el nuevo contrato de Moyes (por 18 meses) termina tres años antes que su viejo acuerdo con el United». En realidad aquel pacto será vinculante de por vida.