La confianza de un excelente tirador

Paco Dosaula

DEPORTES

24 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Corbacho es un francotirador impresionante. Ya no solo por el récord, sino por la forma en la que intimida a todos sus rivales. Nunca deja de intentarlo y jamás se desanima. Sus compañeros le buscan y sus técnicos y su afición están pendientes de su muñeca cada segundo. Todos saben que en cualquier momento les va a dedicar una genialidad. Es capaz de levantar un partido con un par de intervenciones magistrales y no es fácil encontrar un jugador que tenga tanta confianza en su tiro. Poca gente he visto con esa confianza.

Si no conociese bien a Corbacho no me creería estos registros. Pero sé lo que hace en la cancha y su insistencia y su mecánica de tiro tan peculiar y eficaz le han llevado a donde está. Cuando él está, todo vuelve a su sitio y el equipo juega su buen baloncesto. Pero sobre todo destacaría como se identificó con la ciudad y con la gente de Santiago. Además de su valor como jugador es impresionante su implicación con el club. Corbacho recibe cada fin de semana defensas muy duras. La mitad de las veces de forma ilegal y al límite del reglamento. Los árbitros miran para otro lado y permiten demasiadas licencias a sus adversarios. Por mucho menos a otros se les castiga con falta. No le pitan todo lo que deberían. Y con esta dificultad añadida, siendo el hombre a parar por los rivales, el jugador clave, consigue registros impresionantes.

Ante el Joventut serán 50 partidos seguidos anotando al menos un triple, un récord imposible, que será difícil de batir por otro jugador. Hay muchas variables en la vida de un profesional que hacen casi imposible llegar a estas cifras. Ni Juan Carlos Navarro fue capaz. Ya es complicado jugar 50 partidos seguidos sin lesiones como para encima meter un triple cada fin de semana. Yo creo que nunca jugué 50 partidos consecutivos y ya no quiero ni pensar en la posibilidad de anotar al menos una canasta.