Adrián Gómez (Buenos Aires, 1984) es uno de los veteranos y uno de los capitanes del Pontevedra, lo que le convierte en una voz autorizada para transmitir el sentir de la plantilla. El lateral lamenta que los resultados no hayan acompañado, aunque admite que el equipo tampoco ha dado hasta ahora el nivel esperado, y asume como algo habitual en el fútbol el que en situaciones así se cambie al entrenador para variar la dinámica, algo que se muestra convencido que con la actual plantilla lograrán pronto.
-¿Cómo está la plantilla?
-Estamos a la espera de saber qué entrenador cogerá el equipo
y de momento trabajando con Milo, un técnico que yo ya he tenido otras temporadas. El equipo está con ganas, con la misma ilusión que al comienzo y sabemos que lo sucedido con Manu es algo normal en el fútbol cuando los resultados no se dan. Ahora tenemos las puertas abiertas al que venga con la misma motivación y ganas del comienzo.
-¿Les sorprendió la destitución de Manu Fernández?
-Sabíamos que no estábamos jugando bien, en una dinámica negativa en la que los resultados no acompañan y que cuando pasa esto el primero que se cambia es al entrenador para variar la dinámica. Si el balón hubiese entrado en algunos partidos y los hubiésemos sacado adelante, aunque el equipo no estaba demostrando el nivel que tiene que demostrar, seguramente estaríamos hablando de otra cosa.
-¿Habéis hablado los jugadores sobre cómo salir de esta situación?
-La semana pasada sabíamos que era un partido clave en Pasarón, que no se podían dejar escapar más puntos e intentamos ponerlo todo de nuestra parte. Y repito que, si hubiésemos ganado, ahora solo estaríamos hablando del partido ante el Areas. Pero bueno, sabemos que estamos en un equipo grande, que tenemos que dar la cara y levantar esto. Y a la vez, sabemos la calidad que tiene el equipo y estamos confiados de que va a salir todo bien. Dentro de unos cuantos partidos estaremos en la zona alta, seguro. No hay que preocuparse demasiado.
-A nivel personal, la temporada no está siendo buena, e incluso habías perdido el sitio en un once en el que había sido indiscutible. ¿Cómo lo explica?
-Hablando con compañeros y en casa he intentado encontrar los motivos y mejorar lo que a lo mejor había hecho mal. Es cierto que en temporadas anteriores siempre he jugado mucho, pero esto es fútbol y cuando no estás bien tienes que dar un paso al costado y que entre un compañero que esté mejor. El entrenador lo vio de esa forma y es respetable cualquier cambio que haga en el equipo. El pasado domingo lo cierto es que me veía bien y sabía que era un partido importante para mí para volver a ganarme la titularidad. Pero cuando llega esa acción, en la que el árbitro me enseña la roja, se me vino la moral al suelo. Aunque yo intento reponerme, soy fuerte mentalmente y seguiré sumando dentro del equipo. Toca trabajar y esperar a volver a tener la oportunidad de jugar y demostrar lo que he demostrado estos años. Por ganas no va a ser.
-La llegada de un nuevo entrenador suele provocar que todos empiecen de cero. ¿Supondrá un revulsivo para la plantilla?
-Sí, es verdad que cuando viene un nuevo entrenador se empieza de cero, y los que no están jugando tienen las mismas posibilidades que los que lo están haciendo. Esa es la competencia sana del fútbol, que todos sepan que tienen que demostrar durante la semana que merecen un sitio los domingos. Por eso un entrenador nuevo suele dar una inyección de moral en el vestuario para los que no estaban participando, dándoles la opción de demostrar.