El Athletic toca fondo en Borisov

Colpisa

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VASILY FEDOSENKO | Reuters

El BATE tuvo muchas ocasiones ante el equipo de Valverde, que tiene el pase a octavos casi imposible

30 sep 2014 . Actualizado a las 23:18 h.

El Athletic se mira en el espejo y no se reconoce. No sabe qué ha sucedido, pero tiene la sensación de que, sin enterarse, se ha convertido en otra persona. No es que no luzca relumbrante como hace unos meses. Es peor. Tras digerir varios disgustos pero no comprenderlos, se presentó en Bielorrusia, creyendo que era el lugar ideal para lograr una terapéutica dosis de autoestima y de paso tres puntos vitales para presentarse en fiestas con las que soñaba hace no mucho. En el Borisov Arena tocó fondo. No por caer, sino porque completó un ejercicio de posesión absurda, jalonada con decenas de imprecisiones y errores groseros como el que cometen los más jóvenes de Lezama. No los juveniles, que esos ganaron al BATE unas horas antes, sino los alevines.

La derrota le condena al Athletic a sacar todos los puntos posibles en casa, seis, y conseguir no ser derrotado en Donetsk ni en Oporto. En la situación actual, justo cuando arranca octubre, la misión se antoja imposible. El BATE entregó la pelota desde el inicio, los vascos apenas la tuvieron para generar un disparo lejano de Beñat, pero asustó a balón parado con una falta lateral en la que Gorka chocó con Signevich y con un córner generado tras una serie de rebotes. En el segundo, que no siquiera era saque de esquina, llegó el gol. Lo botó al primer palo, rozó en la espalda de Iraola y le llegó a Polyakov que estaba solo mientras Iturraspe y Balenziaga asistían al remate en primer fila.

El 1-0 dejó KO al Athletic, casi encaja en segundo en un remate de Signevich que casi emula la acción del primer tanto. En el banquillo Valverde parecía resignado con que su equipo tuviese que volver a remontar. Tarea algo complicada, ya que desde hace más de un siglo los leones no son capaces de llevarse un duelo de Champions. Corazón si le puso el equipo tras el gol, Iraola concectó con Beñat que disparó desde lejos pero sin acierto. Ibai generó peligro en un centro chut que repelió Chernik, más precavido que temeroso, junto al larguero. El palo si que lo cató el BATE cuando Signevich soltó un derechazo que pegó violentamente en la base de la portería y Karnitski no aprovechó el largo rechace. Cada contra bielorrusa hacía temblar a Gorka. El 2-0 estaba muy cerca y llegó en una jugada desafortunada. Disparó Karnitski, pegó en la punta de la bota de Iraola y terminó en la red.

Al patito feo le faltaba llorar. En la única jugada combinativa del Athletic llegó el gol de Aduriz, que aprovechó un gran control de Muniain, que tras un regate en una baldosa, asistió al delantero, inventor de un gol jugando de espaldas. En un minuto importantísimo, para conseguir margen de maniobra e irse al vestuario pensando en qué mejorar. Era el momento de demostrar carácter, de rescatar el espíritu competitivo... pero en los tres primeros minutos hubo tres ocasiones claras locales.

La sensación y la dinámica era la misma pese a que Txingurri había apostado por De Marcos y Susaeta para generar más revoluciones en el centro del campo. No le convence situar al primero en la línea de medios, posición en la que brilló con Bielsa, ya que considera que no controla los partidos

Así fue. El duelo era un correcalles del que sólo podía salir trasquilado. El BATE esperaba errores y salía con peligro intimidando a un rival dormido, que casi encajó un gol en un saque de banda. Perdía todos los duelos, no era capaz de sumar tres pases seguidos, no controlaba el balón...

Lo mejor es que el Athletic llegó a la media hora final a un gol de empatar, con la opción real de sumar un punto que aliviara el dolor de una derrota histórica ante un club que no había sido capaz de sumar ante nadie de la Liga española en ocho partidos. Pero la misma zaga que se llevó seis del Oporto, cuyo empate ante el Shakhtar mitigó el batacazo, parecía un muro infranqueable para los rojiblancos. Sólo una opción aislada podía evitar una derrota que debería ser mayor a esas alturas del partido. Otro rival de relumbrón hubiese conseguido una manita.

Entró Toquero, hizo una amarilla y dispuso de una ocasión clarísima, instantes después de que Susaeta gozase de la mejor opción para el empate, pero Chernik sacó una buena mano para lograr un triunfo en el estreno de Borisov Arena. Fiesta en Bielorrusia y depresión en Bilbao, donde están viviendo una pesadilla tras tocar el cielo estrellado con los dedos.

BATE Borisov: Chernik, Khagush, Filipenko, Mladenovic, Polyakov, Yablonski, Karnitski (Rodionov, m.86), A. Volodko, M. Volodko (Yakovlev, m.80), Gordeychuk (Olekhnovich, m.91) y Signevich.

Athletic: Iraizoz, Iraola (Toquero, m.77), San José, Laporte, Balenziaga, Iturraspe, Mikel Rico (De Marcos, m.46), Beñat, Munian, Ibai (Susaeta, m.46) y Aduriz.

Goles: 1-0, m.18: Polyakov. 2-0, m.42: Iraola, en propia puerta. 2-1, m.44: Aduriz.

Árbitro: Stephane Lannoy (Francés). Amonestó a Polyakov, Beñat, Toquero, Laporte.