Un espectáculo redondo

Manuel Piñero BAJO PAR

DEPORTES

29 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Tremenda superioridad europea, magnífico espectáculo en un lugar emblemático como Gleneagles y la confirmación de una etapa de dominio de los nuestros. Sorprende solo relativamente la contundencia del resultado. Yo en la víspera esperaba más batalla, pero ya a partir de los foursomes del viernes se notó que el equipo de McGinley era muy superior. Esa tarde le dieron la vuelta a un inicio discreto con una facilidad tremenda y la Ryder empezó a teñirse de azul.

La victoria la selló Donaldson, un golfista muy sobrio que jugó de forma espectacular. Conocido por poca gente, completó una Ryder fantástica. Como otro debutante como Dubuisson. En ese inicio del viernes Sergio García y McIlroy mostraron dudas, pero desde que arañaron el empate en los foursomes, se vinieron ya arriba. Otro de los pilares del triunfo fue Justin Rose. Estos tres últimos son, para mí, los jugadores fundamentales del equipo para al menos otro par de ediciones más. Westwood acompañó también, pero su mejor nivel puede haber pasado ya.

¿Y los capitanes? En mi opinión, la Ryder la deciden los jugadores en el campo, donde el estratega poco puede hacer. Debe generar un buen ambiente, pero no tiene demasiado margen.

Entre los estadounidenses, cabe destacar a los novatos, Spieth, Reed y Walker, que casi han sido los mejores en las filas de Tom Watson. Y Sergio derrotó ayer a Furyk en uno de los emparejamientos más difíciles ante el jugador más duro de los norteamericanos, por encima incluso de Mickelson en este formato. Fowler no acabó de imponerse y se prolonga el dominio europeo, el de un equipo unido por encima de nacionalidades.

El público contribuyó al espectáculo con un comportamiento estupendo y el tiempo, después de llevar la Ryder a finales de septiembre a Escocia, permitió que se disfrutase de un acontecimiento muy lucido en un campo emblemático para el golf europeo. Un espectáculo, por tanto, redondo.