Los porteros del Cerceda sufren un gafe demoledor

José Manuel Ferreiro Negreira
José M. Ferreiro CARBALLO / LA VOZ

DEPORTES

En la pretemporada se lesionó Diego López, el pasado día 6 le tocó a Javi Rumbo y este mismo lunes Marcos Valín se resintió de su rodilla

16 sep 2014 . Actualizado a las 17:43 h.

Lo que le está ocurriendo esta temporada al Cerceda en Tercera División con los porteros es cosas de meigas, o por lo menos es lo que ya están prensando los directivos y el cuerpo técnico del equipo. Hasta el momento llevan dos fichajes para esa parcela, lo que hace que en este momento cuatro son los cancerberos en la plantilla, de los cuales dos están ahora para jugar.

En la pretemporada se lesionó Diego López. Fue intervenido el pasado día 4 de la rotura de su menisco interno de la pierna derecha. Ante esta situación y al estar varios meses de baja, se fichó a Marcos Valín . Esa misma semana tuvo que ir convocado al partido Deportivo B-Cerceda. En ese encuentro, que tuvo lugar el día 6, se lesionó en Abegondo el meta Javi Rumbo, de 17 años. Ello motivo que saltase al terreno de juego la última incorporación del equipo e hiciese su debut en el minuto 59. Todo parecía normalizado, pero el lunes Valín en el primer entrenamiento semanal se resintió en la rodilla que lo trae de cabeza y por la que tuvo que dejar de jugar en el Racing de Ferrol después de sufrir una operación.

Durante esta última semana Javi Rumbo se fue recuperando poco a poco del golpe en la rodilla, al no ser tan grave como parecía en un principio. Nuevamente el Cerceda quedaba con un portero, por lo que se hicieron las gestiones y se llamó a Darío, que dejó el club cercedense esta campaña para fichar por el Atlético Coruña, una entidad de reciente creación. El cancerbero no lo dudó en un instante conocedor de la problemática que estaba sufriendo su exconjunto.

Después de esta racha interminable, Rumbo regresó a la portería el domingo y durante el choque ante el Ribadumia se lució en varias oportunidades, en una ante el pichichi de la categoría, Changui. Ahora los inquilinos del estadio Roxo do Piñeiro esperan que la normalidad vuelva a reinar y no se pasen los sofocones que se vivieron en las últimas semanas con sustos tras sustos motivado por la portería.